FISURAS

Querer sentir

-¡Venga William pelea!

No me toques.

-¡CABRÓN! ¡SUÉLTAME O TE VAS A...!

Estoy siendo utilizado, de nuevo.

-¡VAMOS ZEUS!

Me están tocando, de nuevo.

-¡MÉTESELA TODA ZEUS!

Estoy luchando con todas mis fuerzas, pero estoy herido.

-Silencio William... disfruta esto...

Tengo el brazo roto, eso es seguro.

-¡DÉJAME! ¡¡DÉJAME O TE VOY A MATAR!! – Tengo miedo, eso también es seguro.

Cuando esto es más que un trauma, cuando esto es más que un murmuro en tu haber, en tu sentir. Esto simplemente... no lo puedo consentir.

Cuatro tíos me han golpeado hasta más no poder, y yo lo único que pude hacer fue dejar inconscientes a dos de ellos.

Y ahora mismo estoy siendo utilizado; utilizado para dar pena y para sentir que mis recuerdos toman vida. Quiero correr o gritar, esa manía estúpida de ser un cobarde vuelve, pero tengo que luchar. Quiero dejar el dolor de lado y darle un golpe, pero estoy seguro que tengo el brazo jodido. Quizá no roto, pero está completamente jodido. Me patearon, me golpearon, lo apretaron con rocas y con ira, ahora solamente estoy esperando recuperar fuerzas para luchar.

Zeus me está tocando, Zeus está moviendo una parte de mí, que no me permite controlarme. Estoy en un callejón a oscuras, con dos tíos de espectadores, y con uno en cancha de juego. Ahora mismo... necesito de un milagro para poder moverme, pero...

"-¿¡Por qué me hiciste eso!? ¡¿POR QUÉ JUGASTE DE ESA FORMA CONMIGO?!"

"-Lo siento... pero yo no tenía ganas de volver con alguien tan..."

Patético.

-Basta – Fue lo único que pude decir antes de tomar su mano con fuerza y apartarla de mi cuerpo, intento inmovilizarme de nuevo cogiéndome de la cintura y presionando mi cuerpo contra la pared, pero era suficiente de esta mierda.

Soy William, el hombre que no se verá jodido ante nadie de nuevo, el hombre al cual todos tendrán que ponerse de rodillas, y aquél que no lo haga, me encargaré yo mismo de cortarle la cabeza, y meterle en ella, la idea de sucumbir ante mí. Porque estoy cansado de yo tener que sufrir. Estoy cansado, de verme a mí, sentir vergüenza, miedo, temor, sentirme el más imbécil de los imbéciles, y no poder salir a la calle. No poder abrir la boca, ni poder defenderme, estoy cansado de ser violado por todos.

Esta vez seré yo el que los viole a ambos.

-¡HIJO DE PUTA! – Gritó al yo tomar un palo de madera que estaba tirado en la calle y darle un golpe en la nuca, haciendo que tomara la pared para apoyarse. - ¡VEN AQU...! – Y antes de poder decir nada, le di otro golpe en la cara.

Mi brazo dolía como el infierno, pero tenía que soportarlo, tenía que evitar llorar.

-¿Zeus...? – Escuché a Amet decir. Cerré mi cremallera, quitándome el sudor del rostro, respirando hondo, mirándolo con tanto desprecio como solamente yo puedo hacerlo, pensando en cómo lo voy a matar.

Con la ropa hecha pedazos, por su culpa, con el brazo izquierdo jodido, por su culpa, con la pierna derecha sangrando, por su culpa. Estaba totalmente decidido, a hacerlos pagar por ello, porque si para ellos es un juego ver a un tío gay sufrir un orgasmo, para mí será un juego ver a un tío hetero, gritar, por sufrir como marica.