Electo por compatibilidad

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Creí que sería más fácil no romperme, pero al demonio con eso. Tuve una cita con él, sí, pero lo único que provoqué fue que llorara de nuevo, como niño pequeño pidiendo perdón. No entendí primero que era ese tono destrozado, desde siempre pensé tener la vida más complicada, por lo menos, eso hacía ver mi egocentrismo. Pero ahora que lo veo aquí sentado, en la banca de un parque con un montón de luciérnagas, lo entiendo. Quería encontrar a la persona que me hiciera sentir comprendido, quería encontrar a alguien que me entendiera. Y aquí está. Está roto en pedazos y no tiene una pizca de orgullo en sus labios, su mirada está perdida en la nada y sostiene su rostro con sus manos, sujetando su mandíbula, sus ojos posados de repente en mí, y después en las lucecitas. No me ha dicho nada después de que llegamos aquí, y yo por mi parte, siento haber dicho suficiente.

Cedí a esta presión en mi pecho, tuve que abrir los labios y decir "No te dejaré caer". ¿Desde cuándo tomo tales riesgos? Le prometí estar con él, literalmente, el dije que sería su soporte. ¿Qué cojones Guillermo? ¿Qué haces de nuevo aquí?

-Will – Dijo por fin, haciendo que mi atención fuera posada de nuevo en él. – Cuéntame de ti, ¿Por qué eres tan gilipollas?

-Bueno – Saqué una risita. – Creo que es muy extenso, pero principalmente fue porque cuando tenía diecisiete años me enamoré de un tío que... bueno, ¿Cómo decirlo? Era un hijo de puta – Recosté mi espalda en la banca, posé una de mis piernas encima de la otra, y viendo a la nada, me sumergí en el pasado.

-Era un chico dulce, tierno, todo el tiempo tenía las mejillas sonrojadas, y sonreía demasiado, de hecho, por eso tengo los ojos achinados, las personas me conocían, prácticamente todo el instituto sabía que yo era un baterista de una banda de patio llamada "Fisuras"  junto con Mau y Daniel, por ese entonces, al conocer al hombre que trajo mi desgracia, tenía una inseguridad tremenda, primeramente, porque al ser un gay conocido, todo el mundo piensa que le das a todo, o bueno... bisexual, porque en algún momento tuve novias y me enamoré de una de ellas, pero sinceramente, ahora ya no recuerdo si quiera su nombre, en fin, cuando le conocí tuve muchas citas, y pensé saber absolutamente todo de él, que le gustaba hacer, que quería hacer, y con quién lo quería hacer, tenía el físico de un hombre guapo y carismático, así como tú Samuel, exactamente igual a ti, las personas lo conocían entonces lo respetaban, y nadie en el instituto se atrevía a hablarme, claro, chicos gays, y decirme nada, porque entonces él me veía con unos ojos extraños y posesivos, era enfermo pensar que en algún momento tendría algo con él, desde antes de ser algo ya me tenía como su presa o un pedazo de carne... Después... un día, me invitó a su departamento a pasar la noche, él iba a estudiar gastronomía pero no sé qué pasó, era mayor que yo, de hecho... quizá ahora tenga tu edad, el caso era que los departamentos eran parecidos a estos, yo accedí feliz y llegué con una sonrisa en la cara a su casa, para entonces ser tocado y...

Presión absoluta.

-¿William?

¿Cómo digo esto?

-Will, ¿Qué pasa? Tranquilo...

Mierda, es que no puedo.

-Y... ser grabado y subido a internet como un vídeo porno gay, en una página que por lo menos requieres cuenta para ver, como un gilipollas me está masturbando y él se está descojonando de mis espasmos, en ese momento pensé que era normal sus risas, pero cuando me enteré del vídeo, mi vida se vino abajo, era pasar por los pasillos y escuchar insultos homosexuales hacia mí, fue definitivamente un infierno hasta que Hernán nos acogió, y después...

-Basta tío – Interrumpió. – Ya no digas más, por favor ¿Estás bien con eso? ¿Estás bien sabiendo que un gilipollas te tocó y te arruinó la vida por un momento tan grande que...?

-Es que eso no fue todo – Dije intentando no llorar, aunque las fuerzas fueran tan grandes, que prácticamente, aun queriendo aguantar, ya estaba sollozando. - ¿Continuo?

-No sé si puedas... no quiero verte llorar sinceramente – Respondió. – Pero te quiero conocer y saber por qué eres así, así que adelante

Suspiré, tranquilizándome un momento y mirando de reojo su mirada centrada en mí.

-Intenté matarme – Sus ojos, se abrieron como platos. – Mi hermana estaba en coma por un supuesto cáncer que tenía, yo no podía vivir sin ella, le dieron plazo de dos semanas de vida y no despertó en esas dos semanas, lo cual significaba que moriría en cualquier momento, entonces era lidiar con la posible e inminente muerte de mi hermana y el bullying diario en el instituto, llegó un momento en el que dices

-¿Por qué me pasa esto a mí, no? – Lo miré y sonreí de forma extraña, como si fuera un suspiro melancólico. – Yo también intenté suicidarme tirándome del tejado de un edificio, y créeme que en el último momento ocurrió un milagro

-Yo recibí una llamada – Dije sonriéndole, mientras me inclinaba hacia mis piernas y entrelazaba mis manos.

-Yo también... - Lo miré, me miró, y en ese momento entendí que estaba en lo correcto. - ¿Qué es esto? – Él se parecía tanto a mí, por eso chocamos al principio.

-No tengo idea Samuel

-¡Por cierto! – Me gritó de repente, y yo solo pude sobresaltarme. - ¿Por qué no te gusta tu primer nombre?

-Porque me caga las bolas como suena – Contesté mientras él sacaba una risita. – No te rías, de verdad me caga

-Guillermo - ¿Qué? – Guillermo William, Guille - ¿Por qué...? - ¿Verdad que no suena tan mal?

-No es eso... - Es tu voz Samuel. – No es... nada, no es nada - ¿Qué ocurre con tu voz?

-En fin Guille – Es encantadora al pronunciar. – Mañana iré a Madrid, quizá me quede unos días solo, mi madre está enferma y tengo que quedarme con ella a hacerle compañía ¿Vale?

-Vale – El sonrojo, no me lo quita absolutamente nadie, nada que piense ayuda, porque la forma en la que dice "Guille"  es tan linda, parecida a como lo dice mi hermana. - ¿Qué tiene tu madre?

-Cáncer – Y de estar sonrojado, me sentí imbécil. – Le quedan dos semanas de vida, es por eso... que lloraba ayer en la noche – Sin esperar a que dijera más pasé mi brazo por su espalda y lo acerqué a mí. – Guillermo... ¿Qué haces?

-Te abrazo, creo – Respondí sin mirarlo, solamente fijando la vista en las luciérnagas. – Creo que esto es un abrazo

-¿Por qué cuando me siento mal... tienes esa mala maña?

-¿Qué mala maña?

-Lucir tan comprensivo que no me resisto a... llorar contigo – Lo miré para sentir como su mano tomaba mi rostro y me besaba. Le seguí el beso de forma lenta y tierna, él por su parte, comenzó a llorar, otra vez.

-Se te está haciendo costumbre – Dije mientras acariciaba su cabello.

-¿Qué cosa?

-Romperme a mí también

***

Mensaje: El capítulo es corto porque lo amerita, ¡DÍGANME QUE NO! El próximo capítulo se viene pesadito... ¿Quién será el hombre que filmó a William? ¿Qué va a pasar con la madre de Samuel?

-Spartacus <3

-Spartacus <3

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