Recuperar la vida había sido de un día para otro, un "perdón" y un abrazo sincero había bastado para que el querer amar todo otra vez se recuperara en un abrir y cerrar de ojos. Pero así como llega una brizna, llega una tormenta, el cielo no estaba gris ese día, no para mí y mi padre. Llegó la tormenta con el nombre de mi madre llevado de la mano la palabra "muerte". Quisimos, ambos, intentar superarlo juntos, estábamos en el hospital cuando esto paso.
-¿¡Mamá!?
Cuando los latidos dejaron de sonar, cuando su cuerpo pálido, ahora yacía en la cama y sus manos, venosas, se notaban más como las de un muerto, que el de una mujer guapa y delgada. Mi madre se había ido en frente de mis ojos y los de mi padre. Y ambos, cerramos la mente un momento, teníamos que pensar con la cabeza fría. Tan fría como fuera posible.
-Ella ya está bien Sam – Me dijo cuando había comenzado a llorar, cuando los enfermeros y doctores nos dijeron que ya no había nada que hacer, que esa tenía que ser su última noche, su última aparición, su último respiro. - Tenemos que ser fuertes – Y me abrazaba, pese a yo solo poder derrumbarme sentado en esa silla. - Vamos hijo... hay que ser fuertes...
Y quizá ese día ambos dormimos en la misma casa, acobijados. Él en su habitación, yo en la mía. Pero una cosa tenía en claro, si mi padre no hubiera estado al lado mío, y no me hubiera dicho lo que dijo, me hubiera terminado por desaparecer yo también. El abrazo fue sincero y las palabras fueron de corazón, entonces...
¿Cómo fue que terminamos así?
-Papá, buenos días - Dije bajando de las escaleras con mi camisa blanca y mi bóxer.
-Hola Samu - Contestó observándome con una sonrisa, mientras en sus manos tenía un álbum de fotos. - ¿Quieres ver?
-No creo que sea bueno verlo ahora... - Él asintió sin verme, tenía la mirada fija en aquellas fotografías.
-Aquí hay una foto que me gusta mucho, una que nos tomó tu abuelo los últimos días en un viaje que hicimos a Málaga
-¿Cuál? - Pregunté acercándome, curioso.
-Esta - Señalo entonces la foto donde se veía a mis padres y a mí de espaldas, en el jardín de la parte de atrás, con miles de luciérnagas puestas en las flores. Ellos sujetaban mis manitas, y yo me aferraba a ellos.
Sonreí ante esta foto, pase mi mano por la espalda de mi padre acariciándola y le sonreí.
-¿Quieres ir a Málaga hoy? - Le pregunté, él me miró, analizándolo y asintió sonriendo.
-Sería bueno, sí - Contestó, dejando el álbum de fotos cerrado en la mesa y poniéndose de pie. - De mientras, se un buen hijo y ve a comprar más café a la tienda
-¿Más? - Dije subiendo a mi habitación corriendo, emocionado por ir a Málaga con mi padre. - ¡Ya le tengo ganas a la playa! - Le grité entrando en mi habitación y poniéndome un pantalón.
-¡Sí, yo igual! - Me contestó desde la planta baja.
Para ser mi padre, estaba llevando muy bien la pérdida de mi madre el día de ayer, por lo menos... eso pensaba.
-Vuelvo en un momento
Y sí alguien me hubiera dicho que cuando volvería no lo encontraría, nunca hubiera ido por más café.
-Vale, Samuel, cuídate hijo
Salí de la casa lo más rápido posible para ir a la tienda de la otra calle. Y al momento de pagar, escuchamos todos un balazo.
-Joder, ¿Qué ha sido?
-Estuvo muy cerca
-¿Fue un balazo, no?

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FISURAS
Fanfic-Niño, te diré una cosa antes de que sigamos viviendo juntos, es fácil y sencillo, no te metas conmigo, si no quieres que vea esa estúpida cara tuya, avergonzada, no me vas a poder manejar a mí también ¿Entiendes? -¿Tú tienes idea de con quién está...