Confiar

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—¿Tú crees... que estaría mejor sin mí?

—¿Qué quieres decir? ¿Por qué pensarías en algo tan doloroso como eso?

—Porque... sé que si William no estuviera conmigo, la mayoría de las cosas que han pasado... no... nada hubiera ocurrido.

***

Culpabilidad, un sentimiento que nos permite tomar consciencia acerca de nuestras acciones, sin embargo, siempre es un sentimiento que es contradictorio e iluso, nuestra cabeza no funciona como debería cuando creemos que hemos cometido algún error, se calienta, nuestros parpados se humedecen, nuestro pecho golpea, la cabeza pesa, y grandes ganas de llorar se amontonan en lo que antes eran pensamientos cuerdos y sencillos. Qué claro se veía todo... amándolo todo se veía muy claro.

No es nada, lo que puedo hacer, al final de cuentas, la decisión es de ambos. Dejaré que este amor nos queme, él también decidió que estaba bien. Y aunque quiero oír su voz todas las mañanas, a veces pienso en el costo que tendrá eso. Las palabras de Amet eran suaves, comprensibles, no quería hacerme daño mencionado la realidad, lo entendí al verlo a los ojos. Pero era la primera vez en la que la decisión de alejarse de una persona, dependía de dos partes. No quiero apartarme, sé que no podría soportarlo.

Mi voz, se hunde. Mi garganta, se cierra. Este amor, nos quema.

Sentado en el local, era de noche, me dediqué a pensar en todo mientras pintaba, mi cabeza se sentía ligera a comparación de ayer, pero... no entendía porque no podía relajarme. Era un peso que no podía cargar, yo amo a Guillermo, es tan simple como eso, amar es dedicar tu vida y esperar que sea feliz, ¿lo estoy haciendo feliz? Sí, me lo ha dicho, entonces... ¿por qué tiene que sufrir tanto?

¿No hay una manera de hacer que el amor no sea tan tóxico?

Saulo se había quedado dormido después de pintar y ayudarme con las luces neón, mientras yo me limité a sentarme en el suelo a su lado. Veía el techo, estaba a punto de irme y dejar a Saulo dormido, cuando de repente escuché un sonido de parte suya.

—¿Te irás ya? —Me preguntó, sentándose y tallándose los ojos—. ¿Samuel, estás bien?

—¿Tú crees... que estaría mejor sin mí? —Lo miré a los ojos y él posó un gesto de confusión enorme. Puso sus manos fuertemente en mis mejillas, dándome dos cachetadas de realidad.

—¿Qué quieres decir? —Preguntó cabreado, al parecer, su sueño se fue en ese momento—. ¿Por qué pensarías en algo tan doloroso como eso?

—Porque... —Sus ojos se habían fijado en mí, quería saber que estaba pasando en esta cabeza mía, una cabeza que se divide en grietas, fisuras que no son capaces de cerrarse, porque tengo miedo—. Sé que si William no estuviera conmigo, la mayoría de las cosas que han pasado... no... —Porque no quiero hacer daño de nuevo—. Nada hubiera ocurrido.

—Escucha —Apartó sus manos y me observó fijamente, agaché la cabeza con vergüenza, esto era estúpido. Hasta en la mañana había estado perfectamente, pero cuando revisé las noticias y vi en ellas lo que había hecho William, me quedé sin palabras, no por el hecho de que estuviera mal, sino por la razón por la que lo hicieron. Fotos filtradas de sus amigos, la chica que había visto en vídeos, con una sonrisa amplia, ahora, en esa emisión, tenía un rostro de dolor clarísimo. ¿Por qué había ocurrido todo esto? —. William y tú son complementos extraños, él tiene muy en claro lo que quiere hacer, él quiere quedarse contigo, pero tú lo piensas demasiado, piensas en todo lo que te rodea y olvidas ver lo que tienes en frente, ¡tienes a una persona que está locamente enamorada de ti! ¿Qué más hay aparte de eso?

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