Viejo personaje

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—¡Más...!

Creo que lo peor de todo esto no es el hecho de que me haya escuchado a mí mismo gemir, tampoco es el hecho de que prácticamente se lo pedí, o que lo hicimos en mi cama y fue mi primera vez. Lo peor de todo esto es...

—¿Ya... te puedes mover?

"Rómpeme en dos". ¿¡EN QUÉ COÑO PENSABA!?

—No y ya tengo hambre, esto es el colmo tío —Estaba ahí, recostado con el culo al aire y con un brazo colgando del colchón. Samuel me miraba desde mi silla, altamente preocupado.

—¿Te traigo algo de comer?

—No, déjalo —Hice un esfuerzo sobre humano y me puse de pie, me dolía el culo como solo Dios podía provocar. Lo miré de reojo, estaba apenado y sobretodo afligido de verme así. Caminé hacía la salida directo a la cocina, pero antes de salir de mi habitación la culpa de ver su rostro así de mal me llenó. Di la media vuelta y, casi cojeando, deposité un beso en su mejilla—. Estoy bien Samuel, vete a trabajar, iré a la Universidad en unas horas.

—¡Pero...! —Lo seguí mirando incluso cuando él me había devuelto la mirada, la sostuve, le sonreí, no sabía desde cuando mi carácter con él era tan blando y tan moldeable. Definitivamente...

—Estoy bien —Estaba completamente enamorado de este hombre—. Ahora, si vamos esta tarde al parque de las afueras seré feliz y te perdonaré.

—¿¡Qué!? ¡Dijiste que no estabas enojado! —Saqué una risita y desnudo, caminé hacia la cocina. ¿Pudor? ¿Qué era eso?

Saqué una lata de agua mineral junto con las tortitas que habíamos hecho hace dos días. Las puse en el microondas mientras hablaba con Confi.

—¿Y? ¿Escuchaste algo anoche? —Pero mi perrita se limitaba a sentarse frente a mí y mover la cabeza hacia un lado—. Sí... bueno, tú eres la única que puede ladrar - Saqué otra risita y me di cuenta de las estupideces que estaba diciendo ¿Por qué estaba tan feliz? Quién sabe, quizá tener sexo me hacía falta. Ahora que recuerdo... Mauricio siempre se burlaba de mí diciéndome que mi carácter era de un "mal follado". ¿Se refería a que me faltaba sexo? Quizá tenga razón.

—¡Ya me voy! —Dijo saliendo de su habitación, recién bañado— Te quiero, te voy a buscar cuando salgas ¿Vale?

—Sí no te supone problema sí —Caminó hacia mí para besar mis labios, dirigirme una sonrisa encantadora, y salir del departamento.

Analizaba al situación mientras comía las tortitas, veía a Confi, la televisión apagada, el sofá, el suelo, las paredes, el reloj, y...

—¡¿DESDE CUÁNDO SOMOS UNA PAREJA DE RECIÉN CASADOS?! —Me llené de vergüenza yo solo. Un tío como yo actuando tan pasivamente con una persona, me daba gracia, pero no quería tampoco actuar de otra forma, más bien... ya no podía, tenía tantas ganas de hacerlo feliz después de la muerte de sus padres que prácticamente me olvidé yo mismo de mis problemas, únicamente enfocado en ver su sonrisa día a día, hacer algo que le permitiera reír, es el deseo menos egoísta que he tenido en mucho tiempo desde el bachiller. Parece como si mi antiguo yo hubiera tomado a William de ahora y le hubiera dicho "Déjame salir".

Tierno, pasivo, sumiso, atento, romántico. Me lleve una mano al rostro y enseguida a mi abdomen. En serio me dolía el culo, Samuel no se había aguantado ni un poco, parecía que no podía hacerlo teniéndome de frente de esa forma ¿Lo deseaba desde hace tiempo? En ese caso, hablaba muy bien de él. Teniéndome en el cuarto de al lado al principio, después en su misma cama, y al final, cuando nuestros sentimientos se volvieron mutuos y sólidos pudo continuar. Ese es el tipo de hombre que es Samuel, siempre se guía por sus sentimientos, él necesita amor tanto como yo.

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