Madison Clark en galería.
—Y..., al fin llegamos —Malkon salió del taxi, dando un largo suspiro.
Bajé seguidamente, junto a Noah, la misma no tardó en cambiar su expresión a una de asombro, mientras sus ojos recorrían el gran hotel. Hice lo mismo, di un paso hacia delante para admirar mejor la estructura.
Sinceramente, nunca había estado en un hotel tan lujoso, por lo menos no uno tan grande. Los huéspedes caminaban tranquilamente con sus trajes de baño al rededor del hotel. Otros se encontraban en la orilla del mar, la cual conectaba con el hotel. El espacio era de más de tres calles, y no era por exagerar.
Tenía, como mínimo, treinta pisos, podía ver como cerca de la orilla se encontraban algunas personas vestidas de forma elegante. Había algún tipo de altar cerca de la orilla, lo que me hizo pensar que una ceremonia se presentaría allí.
—Esto es... —comienzo a decir.
—Maravilloso —Brent completa mi frase, volteo para darme cuenta que su vista no estaba dirigido a lo mismo. Él, como era de esperarse, observaba el trasero de una chica.
Rodé los ojos, restándole importancia. Era Brent, ¿qué sentido tenía perder saliva reprendiéndolo.
—Sean bienvenidos al Clark's Treasure, el hotel cinco estrellas de Miami —el recibimiento al entrar fue bueno, el hombre detrás del mostrador no dejaba de sonreír—. ¿Tienen reservación?
—Sí, somos los invitados de Devon Clark. Mi nombre es Nick Jackson —informó el susodicho.
En ese momento la pregunta del millón —o solo la mía— fue: ¿Quién diablos era Devon Clark?
La idea estúpida de que fuera su padre desapareció al instante en cuanto comparé los apellidos. Recordé el nombre del hotel; Clark's Treasure, quién fuera ese chico tenía una gran cadena de hoteles. Mientras Nick arreglaba los datos del registro, decidí acercarme a Noah.
—¿Quién es Devon Clark? —no pude resistirme a preguntar.
—Amigo de la familia, se irá a California con nosotros —informó con desgano.
—¿Más personas? —tragué saliva—. Creo que no cabremos en el avión.
Una carcajada salió de los labios de Noah.
—No te preocupes por eso —hizo una pausa, dejando de reír—. Espero que no te moleste.
—Por supuesto que no —forcé una sonrisa—. Yo... Soy nueva en la familia y pues...
No podía decir más. No quería arruinar el viaje de nadie, pero de forma sincera, me creaba cierto disgusto tener más personas que soportar en una sola casa. De por sí no estaba completamente acostumbrada a los chicos, debía acostumbrarme a más personas.
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Jessica Haynes: Los Desastre De Una Adolescente. (Corrigiendo)
Novela Juvenil¿Qué crees que pasa cuando cometes un pequeño error en tu instituto y te expulsan? No suena nada bien, ¿verdad? Te aseguro que es mucho peor de lo que suena. Mucho más cuando debes cambiarte de ciudad y vivir con tu hermano. Y sus amigos. Soy Jessic...