Cap.-1 El comienzo

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((Los personajes de diabolik lovers no me pertenecen y yo solo los utilizo para crear esta historia fanfic)).

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Aún recuerdo el día que llegue a sus vidas y aún más la felicidad que sentí por ello, al fin tendría una familia, una de verdad y no una imaginaría coma la que siempre imaginaba en mis juegos, yo Yui la niña rubia y pecosa la niña que lloraba por todo y con la cual los niños no querían jugar.

Y es que así es, ya que a mi mente aun llegan esos recuerdos de cuando tan solo siendo una niña fui llamada e interrumpiendo mis juegos una monja me tomo de la mano para llevarme con ella hacia la oficina de la madre superiora donde tan solo al entrar me percate de las dos personas más presentes ahí, y observándome una de ellas, una mujer de perfecta piel blanca y largo cabello cual princesa se levantó de su silla para acercarse a mí, y bajando a mi altura me observo mejor, pero tal vez eso no fue lo que me sorprendió y maravilló sobre esa mujer, sino que lo que más llamó mi atención fue su hermosa sonrisa y bellos ojos los cuales cual rubí, creía yo eran lo más hermoso que nunca había mirado antes, y es que tan solo después de parpadear por varios minutos me percate de la acción de la mujer, la cual frente a mi extendió su mano mientras que yo aún quieta la seguí mirando sin hacer nada.

-Hola Yui, verdad.-y mientras que ella seguía con su mano extendida hacia mi, y yo sin decir ni hacer nada, por mi mente pasaron los recordatorios de las monjas al decirnos que siempre teníamos que tener buenos modales frente a otras personas, y solo con esos recuerdos extendí mi mano para saludarla mientras que afirmando con la cabeza ella no dejo de mirarme tampoco.

Y solo hasta que después de un momento escuche un carraspeo, y levantando la mirada me percate de la presencia de la otra persona ahí, la cual era un hombre con cabello blanco y de ojos dorados y brillantes, y el cual igualmente mirándome se puso en cunclillas imitando a la mujer.

-Yui él es mi marido, Karl Heinz.-e imitando a la mujer, el igualmente extendió su mano para saludarme mientras que yo igualmente hice lo mismo y lo salude.

-Yui hoy estamos aquí porque queremos adoptarte, ¿Dime te gustaría venir a vivir con nosotros?.-y mire a la mujer y después agache mi cabeza porque ellos parecían personas buenas y yo quería tener una familia después de todo, así que después de unos minutos afirme con la cabeza y levantando la mirada para mirar a la mujer, me sorprendí cuando la mire derramar lágrimas mientras que tan solo después se acercó a mí para abrazarme y yo sintiendo algo en mi pecho para nada desagradable le correspondí.

-Christa.-dijo el hombre y se levantó.-Hay que terminar con los tramites.-y ella afirmo para después de soltarme e igualando y ya levantada volvió a tomar asiento para mirar al hombre en la silla de antes, mientras que por mi parte la monja que antes me había llevado ahí me tomo de la mano para llevarme a otra sala y esperar a las personas que serían mis nuevos padres.

-Yui.-me llamo la monja y yo la mire.

-¡Eres mui afortunada al ser adoptada por esa pareja!.

-Enserio.-conteste y la monja afirmo, y enserio yo creí en esa monja, y creí en que yo sería feliz y afortunada con mi nueva familia, hasta que después de unos minuto el señor y la señora entraron a la sala y me llamaron, tomaron mis manos y nos marchamos de ese lugar, el cual había sido mi hogar por 7 años.

Me subieron a un auto y nos dirigimos al que sería mi nuevo hogar según dijeron ellos y después de viajar por no sé cuántas horas, al fin llegamos a nuestro destino el cual me sorprendió tanto, ya que ese lugar al que llamaban hogar no era una casa como en la cual me había imaginado viviríamos, es mas eso ni siquiera podía llamarse una casa ya que era más bien una gran mansión la cual no solo era grande sino que también era hermosa, casi como un castillo y la cual podía comparar como alguno de los castillos de las princesas de los cuentos que me contaban las monjas.

Enfermizo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora