Cap.- 30

844 42 3
                                    

"Yui"


Debía haber hablado con Shu, debía haberle pedido el permiso para salir con Azusa, pero no lo había echo y ahora el remordimiento no me dejaba pensar en otra cosa que no fuera eso, y es que Azusa se había comportado de la mejor manera con migo, sabía que era un buen chico, y hasta le tenia aprecio, sabía no lo conocía de mucho y mínimamente había hablado con el (Solo en dos ocasiones), pero aun así le tenia aprecio como persona, además de que odiara a la chica que le gustaba a el, y solo eso me hacia pensar que no se merecía que yo también lo rechazara después de que ella lo había echo y es que Azusa no se lo merecía, pero también estaba el echo que no quería presentarme en esa dichosa fiesta, y no por Azusa, sino por su hermano y primo, digo por kami, prácticamente durante un mes completo no había echo otra cosa sino compartir saliva con Ruki clandestinamente, y mas aparte solo hacia un día su primo me había sorprendido sacándole una fotografía con mi celular, (Eres una vergüenza Yui).

-Lo se.-prácticamente le había respondido a mi Inner dándole toda la razón.

-Hija.

-Papa.-me detuve antes de comenzar a abajar las escaleras y esperando a mi padre este no tardo en llegar a mi lado y dándome un beso en la frente me saludo, (El así me saludaba), para después a su lado comenzar a abajar y es que siendo la hora de la cena, por primera vez en toda la semana lo arriamos juntos.

-¿Y mama no bajara?.

-Ella ya esta en el comedor, Shu y Ayame hace un rato que llegaron y ellos están con ella, al igual que Reiji supongo, el llamo ya hace un rato y nos aviso que el también nos acompañaría en la cena.-o valla una cena en familia, raro pero me alegraba ellos estuvieran aquí, y es que solo una cena así la podíamos tener una vez al mes sin falta, y es que mi padre lo había puesto por ley según me comento Reiji al después de que todos dejaran la mansión y consiguieran departamentos por separado, y al ya no asistir a la mansión a mi padre no le había quedado de otra mas que declararlo como una ley, (Supongo solo de esta manera podemos reunirnos en familia), esas habían sido sus palabras.

-Me alegro de que estén aquí.-sonreí.-Hace días que no miro a Reiji, y bueno a Shu son pocas veces las que puedo mirarlo sin que este ocupado en su oficina, o con el celular de por medio.

-Si, Shu me conto lo estas asiendo bien en tu trabajo, por cierto, esta tarde fui a la oficina y no te mire ahí hija, me hubiese encantado mirarte cumpliendo con tus obligaciones.-lévate una ceja.-Mirar a mis hijos trabajar arduamente me enorgullece, y tu siendo mi única hija mujer y haciendo eso me enorgullece aun mas.

-O vamos papa, no me hagas reír bobamente y creer en tus palabras.

-¿Creer en mis palabras?.-me detuvo por el brazo y paramos unos escalones arriba y antes de llegar a la primera planta.-Hija, tu me enorgulleces, te quiero al igual que a tus hermanos y que aceptaras tus errores y cumplieras con tu castigo solo me hacee sentirme aun mas orgulloso de ti.-eh escuchado esas palabras antes de mi padre, cuando salía de cada terapia, cuando salía de cada consulta con los médicos y también cuando aquella noche había salido del hospital con Shin, pero el ahora escucharlo tan sincero en sus palabras y el mirarlo con esa mirada y sonrisa tan cálida solo me hacían sentirme esta ves verdaderamente aceptada por el, y no es que no me sintiera así antes porque yo sabia que a pesar de que no llevaba la misma sangre que el, el me quería, pero dudándolo por años a mi cabeza nunca llego la explicación del porque el me había alejado de esta familia, ¿por mi enfermedad?, si sabia estaba enferma, yo sabia que necesitaba el tratamiento que me daban en el extranjero y sabia mejor que nadie que el que ellos pagaran tanto por mi solo tenia que llenarlo con gratitud por su cariño, un cariño que de lejos jamás me había llenado completamente, pero a pesar de todo ellos me lo habían ofrecido y yo como si fueran migajas lo había aceptado sin dudar, lo cual ahora solo me hacia pensar que todos mis pensamientos de antes habían sido erróneos y solo ellos habían pensado eso había sido lo mejor para mi por mi salvación, pero entonces ahora mirándolo tan orgulloso de mi, de mis esfuerzos y mi persona solo me hacían pensar que esta vez verdaderamente todo era verdad, y el me quería, el era feliz con mi presencia aquí y se enorgullecida de que yo fuera su hija.

Enfermizo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora