Cap.- 4 ¡Hola II!

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Todos miraron a la recién llegada, ¿Quién era?.

Nadie parecía tenía una idea y solo mirando cuando Christa y su padre se levantaron para ir a su lado, la chica rubia no dijo nada.

-Bien, entonces no piensan saludar.-su padre fue el que hablo, obviamente era más una orden que una pregunta y poniéndose de pie todos era un echo que la recién llegada era importante.

¿Lo era en verdad?.

Nadie seguía sin hacer un movimiento entonces Reiji exhalando camino a la recién llegada, extendió su mano y valla sorpresa la chica ya estaba abrazada a él, su rostro en su pecho y sin soltarlo Reiji busco una respuesta en su padre..

-No sabes cuantas veces soñé con hacer esto Reiji.

-Padre.-Shu necesitaba una explicación pero su padre negando, más que nada los que en verdad necesitaban una explicación rápida eran Laito y Subaru, que diablos pasaba con esa chica.

-Deberías explicarnos que sucede.-Reiji con sus manos alejo a la rubia que parecía pronto comenzaría  a llorar, y mirando a su padre y Christa ambos soltaron aire, como era posible no la recordaran.

-Debí suponerme que ni siquiera me recordarían.-la rubia soltó a Reiji para dar un paso atrás, y mirándolo Reiji estaba atento a ella

-Dejémonos de esto, ¿quien es ella madre?.-Subaru estaba molesto, no quería saberse nada ilógico, la rubia lo miraba y sus ojos puestos solo en ella miraron solo después a sus padres.

-Valla que son unos despistados, hijos, ella es Yui......su pequeña hermana, solo mírenla se que ya no es una niña pero sigue siendo hermosa, no lo creen.-debería ser algo ilógico, porque como era posible que ella fuera Yui, la niña de hacia 9 años atrás, la niña que lloraba, que gritaba, la niña pecosa, fea, ¡Su hermana!.

-Una hermana, kami debe de ser una broma verdad, Shu, ¿Es una broma?, lo siento pero Shu jamás ha mencionado que tiene una hermana.-y mirando Ayame a Shu fue lo suficiente para distraer al rubio de que siguiera mirando a la chica frente a él, el rubio miró a su prometida y sin palabras volvió la vista a la chica rubia.-Shu.

-A pasado un tiempo, Yui vive en Nueva York, entonces solo pensé jamás regresaría.-los ojos rosas lo miraron y amplios había escogido mal sus palabras.-Ahora está de regreso, supongo.

-Claro que está de regreso, entonces que pasa porque no solo vienen y saludan a su pequeña hermana.

-Karl, supongo que esto fue sorpresivo para ellos, entonces porque no comenzamos como algo nuevo, bien hija.- Christa la sujetó de los hombros y empujándola Yui camino al frente de el rubio.-primero que nada te presento a tu hermano mayor Shu.

-Hola.-que podía hacer la rubia si Shu más alto que ella solo la miraba, y sin decir nada movió la cabeza.

-Ella es su prometida Ayame.-la castaña por su parte no dudo en darle la mano.

-Por este lado, supongo no lo olvidaste, el es Reiji.-y era obvio porque sonriéndole la rubia el pelinegro volví a acercarse a ella para estrechar su mano.

-Después están los trillizos, Laito.-y giró cuando su mamá lo hizo y mirando al castaño, como era posible, las manos le sudaron y bajando la mirada solo la levantó cuando Laito frente a ella, bajo a su altura, beso su mejilla y le dijo un hola sin titubear.

-Laito, no te metas con tu hermana menor.

-Descuida Christa no lo are.

-Bien, Ayato es el siguiente.-el pelirrojo le estrecho la mano.-Y Kanato el último de los trillizos.- el peli lila por su parte avanzo hacia ella y sonriendo, lo de antes debía de ser algo como un karma, Yui era su hermana y el con pensamientos impuros no podía mirarla de otra manera, tomo su mano cuando Yui extendió la suya y soltándola tampoco había sido su culpa que ella fuera una tonta por dejar la puerta sin seguro.

Enfermizo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora