Cap.- 27

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"Narración Normal"


-Diablos.-callo en la silla que tenia tras de ella y es que limpiar tantas ventanas para nada le agradaba, y mas que nada no comprendía como a su hermano o mas bien padre se le había metido en la cabeza crear un edificio con tantas ventas en el, porque es que acaso no les gustaba la privacidad o simplemente que nadie los mirara por un helicóptero cuando pasaban, ya que la mayoría de las oficinas se que daban con el mínimo de privacidad, pero bueno suspiro una vez mas pensando que no, ya que contando las ventanas que llevaba limpiando por lo menos esa era la decima en tan solo tres oficinas, y es que no era que se cansara demasiado en hacerlo, para nada, de eso no tenia queja ya que podía hacerlo sin esfuerzo si así lo quería, pero lo que realmente le frustraba y desgraciadamente la cansaba era que las desgraciadas fueran tan altas, tanto así que en todo lo que tenia limpiándolas había tenido que mover de un lado para otro una silla para así alcanzarlas y limpiarlas hasta el final.

-Odio esto.-llevo su cabeza hacia atrás y tan solo cuando sintió su celular vibrar regreso a la realidad donde aun mas ventanas la esperaban para que las limpiara, pero antes saco sus celular del pantalón y leyendo el mensaje nuevo de Amsi bufo cuando se dio cuanta ya pronto saldría de su turno y aun no terminaba.

-Aaaa.-grito pero no tan recio y levantándose de la silla una vez mas y subiéndose a la misma se decidió a por fin terminar ya que no quería dejar a medias el trabajo que ya pronto terminaría si se apuraba, y el cual tan solo se le retrasaría si seguía quejándose, pero bueno tampoco era que mucho le importaba ya que nadie la podía acuchar y menos aun cuando se encontraba en esa oficina a la cual ni siquiera sabía a quien le pertenecía, o bueno si, pero tan solo por una foto ya que el propietario de ese lugar desde que ella había comenzado a trabajar ahí se había desaparecido, pero bueno tampoco era que le importara también eso y sacando sus auriculares los conecto a su celular ya que si Shu podía darse el lujo de hacerla trabajar sin paga (claro por un castigo bien merecido), ella también se podía dar el lujo de escuchar un ratito música y mas aun si nadie la miraba.

-And I'd give up forever to touch you, Cuz I know that you feel me somehow

A si, eso estaba mejor para ella trabajar mientras que escuchaba música, total quien la miraría o escucharía en ese lugar si no había nadie, y menos aun entraría alguien ya que el propietario no estaba y solo ahí podía entrar ella gracias a que tenia la llave para así poder asear la oficina.

-Cuz I know that you feel me somehow.

Y cantando aun estaba mejor trabajar así, si, eso tenia que hacer mas seguido colocarse los auriculares y olvidarse de que estaba tan frustrada por las malditas ventanas altas, y solo siguiendo cantando y limpiando se decidió a terminar.


x


Ese Shu enserio que lo mataría cuando lo mirara y es que al cabron no solo le había bastado con mandarlo a hacer un trabajo que a ultimo minuto se entero era responsabilidad de el, sino que también por su maldita culpa había tenido que viajar de Corea a el extranjero en el mismo maldito día, pero bueno tampoco podía culparlo solo a el y mas bien se culpaba a el mismo por dejarse manejar tan fácil mente por el que se hacia llamar su mejor amigo, y el cual desgraciadamente realmente lo era, pero bueno por lo menos se daba por enterado el idiota no se la había pasado del todo bien ya que gracias a Reiji y sus informes se había reído mucho cuando el pelinegro le había informado que Ayame no solo se había enterado demasiado fácil de como había evadido sus responsabilidades, sino que se había reído mas porque conociendo a Ayame ya se imaginaba como había echo sufrir a su amigo por tanta migraña que le había provocado con sus reclamos, y tan solo riendose de las múltiples migrañas que posiblemente sufrió su amigo descendió del ascensor el castaño para así por fin después de casi dos meses regresar a su oficina la cual para su sorpresa estaba con la puerta sin llave, y a la cual tan solo girando la perilla entro.

Enfermizo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora