Cap.- 16

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La palabra vergüenza en su diccionario mental no existía o al menos eso era lo que Yui se planteaba cada día de su vida, ya que no solo había pasado por cosas vergonzosas en el pasado, sino que también muchas veces había estado presente en las locuras en las cuales Shin y Yuki la habían arrastrando y por acto terminaban casi siempre en algo sumamente vergonzoso o una que otra cosa que lejos de ser normal siempre los dejaba en ridículo frente a las demás personas o frente a ellos mismos.

Si su vida no era normal y era por lo mismo que la vergüenza o pena ya habían pasado a mejor vida, o eso se había pensado porque entonces recordando los eventos de la noche anterior era inevitable para ella sonrojarse y literalmente huyendo del departamento de los trillizos y peor aun robándole dinero a Kanato de su cartera para pagar el taxi y así regresar a la mansión, la rubia se daba cuenta que la vergüenza y pena estaban asiendo acto de presencia de nuevo en sus sentimientos, los cuales por mas que trataba de reprimir no la dejaban en paz y sumándole otro punto a la vergüenza aun estaba el detalle que este día tendrá que lidiar con la presencia de Shu en la oficina, la de Kanato en la universidad, y peor aún la de su hermano peli lila era la que más la asustaba.

El celular comenzó de nuevo a sonar y mirando la pantalla iluminada de nuevo rechazo la llamada, Kanato era un echo estaba furioso, había estado llamando la desde el momento que se había dado cuanta que había escapado de su departamento y no contestando las llamadas solo por eso su hermano se habia aparecido el dia de ayer para reclamar le, y si era una cobarde porque argumentando que estaba cansada y haciéndose la dormida cuando su madre la había llamado, Kanato se había marchado sin lograr que ella le diera la cara.

-Kami...por favor ayúdame.-el peinarse esa mañana le estaba tomando mucho tiempo, no podía poner otro pensamiento en su cabeza que no fuera el de Ayato y Laito mirándola cuando los encontró en su departamento en tales condiciones y tratando de pensar en una solución para no ir a la universidad era algo inútil, su padre había descubierto la mentira en la cual su madre la había ayudado y dándole un sermón mentir una vez más no era algo que haría por un tiempo.

-Yui.-volvió a escuchar a Reiji llamarla pero está vez en el marco de su puerta y dando por echo era tarde tomo su mochila y dejando el peine en su peinador lo siguió.


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-Maldita sea Yui, he estado aquí por mas de 10 minutos esperándote y tu que no llegabas.-con la ceja en alto la rubia miró a Amsi en la puerta de la universidad y sorprendida de cuando acá ella hacia eso.

-Y por que tendrías que estarme esperando, si tu nunca lo haces.

-¿Disculpa?.-Amsi levanto una ceja.-Yui por si no lo recuerdas hace dos días tuviste una cita con el sexy de Ruki, y tu como mala amiga no me llamaste para contarme como te había ido con el.-o rayos era cierto, la cita, con tantos embrollos en su cabeza la rubia lo había olvidado y hasta ahora que su amiga se lo recordaba, pensaba en la cita que había tenido con Ruki, y mejor aun en los besos que se habían dado lo cual por acto la hicieron sonrojarse al instante.

-Veras.-comenzó a caminar con Amsi a los casilleros y deteniéndose frente al suyo la miró.-Ruki y yo nos besamos.-con ambas manos Yui tapo la boca de Amsi cuando soltó un grito y mirando a todo el mundo a su alrededor era un echo que ya eran el centro de atención en el lugar.-Sierra la boca Amsi.

-Lo ciento, carajo ¿entonces que paso?, cuéntame oxigenada, suéltalo todo, tu y Ruki.

-No paso nada más, la pasamos bien, el se portó muy lindo conmigo y me llevo a mi casa, nos besamos y fue todo, tampoco es que porque tuviéramos una cita comenzaríamos a salir..

Enfermizo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora