Cap.- 21 Recuerdos

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Se había percatado de su presencia desde el momento en que ella había entrado a la habitación, y solo ignorándola pensó ella no se acercaría mas a el, pero es que el tener unos sentidos demasiado activos abecés eran un problema mas que una bendición ya que el mínimo ruido escuchado por sus oídos era suficiente para que el reaccionara aun si se encontraba dormido, y era por lo mismo que desde que había escuchado el rechinido de la puerta abriéndose había sido el detonante para despertarlo, pero esperando la persona acercándose a el lo ignorara después de mirarlo dormir cómodamente, lo hizo seguir con los ojos serrados y la respiración calmada para su imitación de alguien descansando muy bien, lo cual no podría seguir si la persona ya demasiado cerca de el no se marchaba, pero es que como no saber de su acercamiento si sus fosas nasales estaban siendo intoxicadas con un fuerte aroma a coco, el cual lo hacia inundarse con ese aroma a cada segundo que esa persona se acercaba mas a el, y es que su triste imitación del aun dormir no estaba ayudando en nada al momento de sentir como la persona ahora por arriba de su cabeza pasaba su suave tacto sobre sus cabellos, mientras que el lugar donde el aliento pegaba en su frente era humedecido por el beso que ella le había dado.

-Que acaso no te e dicho que no hagas eso.-abrió los ojos al momento de sentirla alejarse de el, y mirando sobre el a la niña rubia se levanto del sofá donde antes descansaba para ya de pie mirarla ahora desde arriba, ya que ella era por mucho mas pequeña.

-Yo lo lamento.-la escucho casi susurrar, y es que ella siempre después de hacer alguna tontería tomaba la pose de la niña sufrida y era esa misma actitud la que lo ponía furioso y lo hacia no soportarla, porque es que ella siempre hacia lo mismo, lo molestaba para después comportarse como una tonta.

-Es que acaso no lo entiendes, no te soporto, no quiero ni que te me acerque.

-Pero.-ella levanto su mirada y dando un paso trato de alcanzar su mano, lo cual ni siquiera paso ya que el retrocediendo se alejo mas de ella.

-Te dije que no te me acerques, no quiero que me toques con tus manos sucias.

-MIS MANOS NO ESTAN SUCIAS.-ella extendió sus manos y mostrándoselas le enseño sus manos realmente limpias las cuales pequeñas miro el rubio para después chasquear la lengua, y solo después girando la ignoro.-Míralas, mis manos están limpias, mi mami me las lavo.-y volviéndola a mirar rio.

-¡Tu mami!.-se mofo mas.-Es que acaso jamás lo vas a entender, ella no es tu mami niña tonta, es de Subaru, solo de el.

-Pero ella.-la pequeña niña bajo la mirada.-Ella también es mi mami, ella me lo dijo.-la miro apretar su vestido con sus manos mientras que sus ojos ya humedecidos soltaban una que otra lagrima que lejos de importarle le hacían sentirse aun mas feliz al mirar una vez mas había obtenido su objetivo.

-Ella te mintió, ella no es tu mama y jamás lo será, porque tu no eres de esta familia y jamás lo serás, entiéndelo niña tonta.-se acerco a ella y mirándola mas de cerca sonrió aun mas.-Pero sabes, seré bueno y te daré una solución para que ya no sufras por ser un estorbo en esta familia.-y sin levantar la mirada ella lo escucho aun derramando lagrimas mientras que el acercándose a la altura de su oído susurro bajito.-Solo lárgate y créeme así dejaras de llorar y de ser un estorbo.-la escucho hipear pero ni así sintió un poco de lastima por la niña huérfana llorando frente a el, y solo volviéndose a enderezar se giro para marcharse de la habitación donde solo dejaba detrás a la niña rubia llorando.

-Yui amor, porque estas llorando.-paso por un lado de Christa la cual rápido se acerco a la antes mencionada para cargarla y abrazarla mientras que el tranquilo se alejaba de la escena ya que sabia que Yui jamás lo acusaría, ella jamás lo hacia, y aun que sabía era cruel que un muchacho de su edad le digiera esas palabras a una niña de tan solo 8 años, su conciencia no lo regañaba ya que esa mocosa era la única responsable de que el tuviera ese comportamiento, no el, ya que sabía el no tenia la culpa en absoluto, y allí el único responsable de su crueldad era su mismo padre, si el, sabia solo ahí el tenia la culpa y nadie mas.

Enfermizo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora