Cap.- 37

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Juraba que por kami jamás en la vida volvería a beber como lo había hecho la noche anterior, joder que ni siquiera había abierto los ojos y ya todo me daba vueltas además de que no podía no está mas molesta cuando el maldito sonido del teléfono no dejaba de sonar y lo peor era que estaba demasiado lejos para que yo lo contestara.

-Mierda.-tenía que abrir los ojos y a duras penas lo hice, abrí uno y después el otro.-Joder, joder.-ni siquiera un dedo moví cuando el techo sobre mi giro y me suponía que no tardaría en vomitar en la alfombra que tenia o peor aún en la cama si no me levantaba a prisa para llegar al baño.-Mierda.-las asqueadas salieron de mi boca asquerosamente hacia la tasa de baño y no pudiendo parar las lágrimas en mis ojos por el esfuerzo las deje salir.-Carajo.- el maldito teléfono no dejo de sonar y temblando con cada paso que daba no tarde, o bueno si en llegar a la mesita donde lo tenía.

-Bueno.

-Por lo menos tu ya estas despierta.

-Mierda como se te ocurre llamarme cuando no puedo con mi existencia Amsi.

-¡Vomitaste!.

-Hasta mi alma.

-Me lo supuse por todo lo que recuerdo te bebiste anoche.

-Que ahí de ti.

-Estoy tirada en el cuarto de baño con la cabeza contra el retrete, no recuerdo casi nada de lo que paso anoche y mi madre esta abajo mas que enojada porque resulta que anoche un chico a punto de caerse con migo me trajo en su espalada cargada.-carajo y justo cuando ya estábamos descastigadas sonreí por mis tonterías al pensar y dejándome caer de nuevo en mi cama con el teléfono en mano espere un momento hasta que Amsi dejo de vomitar y volvo a hablarme.-Dime que anoche nos divertimos mucho.

-Y por qué no te lo dices tu misma.

-Mierda Yui que si lo recordara me lo diría, pero mi cabeza esta en cero, y no recuerdo ni J de lo que paso, o me dirás que tu lo recuerdas todo.-y bueno si no recordaba mucho y menos aun cuando mi cabeza no dejaba de girar y necesitaba algunas cuantas horas para dormir mas.

-Por lo menos sabes que Kino fue el que te llevo a tu casa, yo ni siquiera se cómo llegue a la mía y si no fuera porque reconozco mis lámparas y techo me pensaría que fui secuestrada por algún lunático.

-¿Es verdad como llegaste a tu casa?.

-Tal vez Reiji fue por mi, no lo se solo espero que el nuevo castigo no sea tan malo.

-Mi madre por lo menos ya me leyó media sentencia de mi condena, y eso sin contar que aun no lo sabe mi padre.-me reí al momento de escuchar de nuevo a Amis maldecir y vomitando no tarde en colgarle porque nuevas nauseas me hicieron regresar al baño y sacar todo lo que tenía en mi.


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Juraba que no tenía ni idea como de nuevo había regresad a mi cama y solo despertando en ella me di cuenta que antes me había quedado dormida en el baño tirada y con la cabeza contra el retrete, por kami que mi cabello estaba del asco y olía mucho peor al igual que toda yo y no tardando en bañarme y lavarme completamente salí de mi habitación por fin para bajar a la cocina y alimentar a mis tripas las cuales rogaban por comida.

-Seguro fue Reiji el que me encontró en el baño.-y así lo suponía porque solo después de salir del baño ya bañada y después vestirme había mirado en mi buro un vaso con agua además de aspirinas las cuales no había tardado en tomarme para bajar mi dolor de cabeza el cual ya casi era inexistente y como no si prácticamente había dormido todo la mañana y tarde, y ahora siendo las 6:00 p.m me hacía darme cuenta que solo el dolor que me quedaba en la cabeza era por el hambre que sentía.-Benditas aspirinas.-no tarde en llegar a la cocina y buscando en el refrigerador solo saque una leche ya que no me pondría a cocinar y menos aun quería esperar a que alguien me preparara algo para comer.-Un cereal estará bien.-tome un plato hondo además de la caja de cereal que me gustaba.-Supongo que Reiji se marchó a su departamento.-me prepare el cereal y regresando por una cuchara me suponía que si Reiji se había marchado por que la mansión estaba demasiado silenciosa y me suponía que solo yo y las empleadas nos encontrábamos en ella.

Enfermizo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora