Cap.- 52

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Cosas habían pasado en su vida, cosas de las cuales se arrepentía, momentos que nunca podría recuperar pero entonces estaba lo que había pasado con Shu, el cómo al acabar aquella noche ambos no dijeron nada y solo llorando la rubia, ambos regresaron a la mansión, Shu había intentado que ella digiera algo sobre lo que había pasado pero solo ignorándolo no había podido ni siquiera mirar a ningún miembro de la familia, su padre como estaba dicho había hablado con ella después de lo pasado con Shin y solo sermoneándola un poco había tomado como excusa de su silencio y falta de comunicación ese hecho, en cuanto a Shin él estaba bien, algo golpeado y es que Shu no se había contenido, le había roto el labio, una ceja y tenía un ojo morado pero estaba bien en lo que cabía y después de dos días se había podido comunicar con la rubia quien le pidió una disculpa y más aún le pidió estar con ella y así paso Yui se refugió en el departamento de su amigo por tres días seguidos.

-¿Qué haces aquí?.-estar en el departamento de Subaru era lo que menos había querido después de cómo habían terminado su última platica, pero no podía ir con Amis, no cuando ella les había contado a sus padres de lo que le había estado pasando y su no embarazo, entonces ellos la tenían sin comunicación, con los trillizos era simplemente un peligro estar cerca de Laito o Ayato después de cómo había terminado con ellos, no podía estar con Reiji o en la mansión y es que ahí estaba Shu, siempre estaba él ahí esperando hablar con ella y ahora con Shin lejos por cuestiones familiares no era como si el no fuera a volver pero mientras tanto Subaru era su único refugio, alguien decente que podría dejarle refugiarse en su departamento, y ella a pesar de todo aún confiaba en él.

-¿Podría estar aquí?, no quiero estar en la mansión y no tengo un lugar a donde ir.-y ni siquiera intento una vez más rogar porque Subaru la dejo entrar, fue hacia la cocina y regresando con café solo dejo la tasa en la mesita frente a su sofá porque la rubia ya estaba recostada en él y con los ojos serrados era un hecho que ni siquiera estaba dormida.

-¿Que te sucede?, ¿Aun tienes problemas con Shu?, ¿Yui?.

-Solo no quiero estar ahí, tengo pesadillas y estoy harta de no dormir, necesito alejarme de ese lugar y estar encerrada en cuatro paredes que me causan terror no me esta ayudando en nada, ni siquiera puedo regresar aún a la universidad, y estoy tan cansada.-y la entendía el albino porque era justamente la manera en que se sentía el pero al contrario de la rubia el si había regresado a la universidad como Ayato y solo teniendo esa distracción ni siquiera podía tener más porque su madre le había prohibido regresar a trabajar por el momento.-Yo solo quiero mi vida de antes, quiero estar en paz, quiero maldita sea dejar de llorar como una escuincla.-y es que con los ojos ya llorosos no era para menos sentirse de esa manera.

-Entonces deja de hacerlo, deja maldita sea de lamentarte y haz algo para mejorar tu estado.

-¿Y cómo ha?, ¿Cómo diablos puedo hacer eso cuando todo el mundo está jodido a mi alrededor?.-y levantándose necesitaba una respuesta la rubia, una jodida respuesta porque no solo era ella la jodida, todo el mundo a su alrededor lo estaba, y comenzando con sus hermanos, con Reiji, Ayato, Laito y Shu los cuales la habían arrastrado a su mierda hasta dejarla estancada.-Tu maldita sea eres uno de los que me tienen así, tú y tus malditas palabras.-y había sido una idiotez de su parte el estar ahí, con Subaru, era una más de sus jodidas decisiones.

-¿Soy uno?, uno de cuantos Yui.

-Me largo.

-Ayato es otro.-y se detuvo al tomar la perilla de la puerta porque las manos le temblaron, Subaru aparentemente se había puesto de pie por sus sonidos y con pasos lentos pronto estaba detrás de ella, respirando tan cerca que el jadeo de terror fue autentico y cuando Subaru la giro con fuerza para aplastarla contra su cuerpo y la puerta cerrada fue aún peor no llorar.-¿Con Ayato Yui.

Enfermizo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora