No me canso de mirarte.
No me canso de besarte.
Permanecí parado, sólo observándote un instante.
Me cercioré de no hacer ruido.
De pronto.
—¿Vas a entrar o seguirás obstruyendo el paso de mis clientes? —inquiriste con media sonrisa que marcaba tu recién estrenada malicia de niña coqueta.
Abracé tu espalda.
—¿Nunca te cansarás de humillarme? —murmuré a tu pálido y rosacio oído de quinceañera.
—Sabes que no.
Me besaste.
Tus labios cálidos edulcoraron mi día.
Antes de salir del recinto, hice una pausa.
Me di vuelta y pregunté.
—¿Cómo sabías que estaba detrás de ti?
Sonreíste y tapando tu boca, como evitando que alguien más escuchara respondiste.
—Las flores me advirtieron —guiñaste el ojo.
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SAM II©
Short StoryDías de ensueño. Noche estrellada. ¿Cómo apaciento tu alma angustiada?. Quiero parar el recuerdo que envenena tu felicidad y la mía. Cuán hermoso será el día en que juntemos nuestros destinos. Es tan bella la llegada. Pero aún más lo es el camino. D...