—Esteban, sal a comer hijo —golpeteó la puerta un par de veces. —¿Estás despierto?
Guardé silencio.
Abrió lentamente la puerta que me alejaba del mundo.
Me vio en un esquina, de rodillas.
Mi brazo se movía.
Escuché los pasos de mi madre acercarse.
Nunca olvidaré la expresión de su rostro al ver mi mano sangrante empuñar un trozo de vidrio roto el cual usaba para rayar la pared.
Se acercó más para ver qué marcaba con tanto desespero.
"Quédate con ella"
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SAM II©
Short StoryDías de ensueño. Noche estrellada. ¿Cómo apaciento tu alma angustiada?. Quiero parar el recuerdo que envenena tu felicidad y la mía. Cuán hermoso será el día en que juntemos nuestros destinos. Es tan bella la llegada. Pero aún más lo es el camino. D...