Viento helado abraza mis tobillos al salir del auto.
Mi tío se acerca y me entrega gafas de sol.
Pero no hay sol.
Sólo el pesado gris del cielo traspasa el firmamento.
Pasto.
Flores.
Olor a primavera marchita.
La morada de los que duermen.
El seól es nuestro verdugo.
Caminábamos entre tumbas que pregonaban el amor de tantos que aún vivimos y soportamos el martirio de existir sin ellos.
Los envidio tanto.
A lo lejos, un pequeño grupo de conocidos esperaban, vestidos todos de negro, como cuervos.
Como sombras.
Rodeaban una urna abierta, preparada para bajar al oscuro abismo.
Al verla a lo lejos, mis pasos pararon bruscamente.

ESTÁS LEYENDO
SAM II©
Truyện NgắnDías de ensueño. Noche estrellada. ¿Cómo apaciento tu alma angustiada?. Quiero parar el recuerdo que envenena tu felicidad y la mía. Cuán hermoso será el día en que juntemos nuestros destinos. Es tan bella la llegada. Pero aún más lo es el camino. D...