Mis manos tanteaban en la obscuridad intentando encontrarte.
Me abrazaste por la espalda.
El como me ubicaste es un misterio para mí.
—Estas temblando —murmuraste.
—Lo siento, nunca antes había hecho esto —confesé nervioso.
Sentí como tu rostro se iluminó en una satisfactoria sonrisa que pude percibir aún en la más espesa obscuridad.
—¿Te digo un secreto?
—¿Si?
—Yo tampoco.
Sonreí.
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SAM II©
Short StoryDías de ensueño. Noche estrellada. ¿Cómo apaciento tu alma angustiada?. Quiero parar el recuerdo que envenena tu felicidad y la mía. Cuán hermoso será el día en que juntemos nuestros destinos. Es tan bella la llegada. Pero aún más lo es el camino. D...