Caía la tarde y arreboles color ceniza obscura, decoraban el cielo fúnebre de noviembre.
No pude soportarlo más, el regreso a casa se habría prolongado a tal punto, que mi curiosidad me haría colapsar si no abría alguna de las tres pronto.
Desvié mi caminata, luego de salir de la estación que me dejó a un par de cuadras de lo que ahora era mi hogar, para sentarme en una plaza cualquiera cuyo nombre no me detuve a averiguar, ni me importaba siquiera.
Yacía sentado, con las piernas y el torso recto, tan sólo viendo el sobre que saqué del bolsillo interno de mi chaqueta. Aún mantenía tu esencia en el lúgubre papel amarillento que estaría por regalarme tus, ahora, dolorosas palabras.
Luego de un par de minutos de paciente meditación, logré reunir el suficiente nivel de valor masoquista para abrirla.
Y entonces te vi.
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SAM II©
Short StoryDías de ensueño. Noche estrellada. ¿Cómo apaciento tu alma angustiada?. Quiero parar el recuerdo que envenena tu felicidad y la mía. Cuán hermoso será el día en que juntemos nuestros destinos. Es tan bella la llegada. Pero aún más lo es el camino. D...