"De"

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Mis manos empezaron a temblar.

Palidecí de inmediato.

Mi corazón envestía mi pecho y mi espalda con un furor insaciable.

Mi frente sudaba enormes gotas, y entonces recordé las palabras de mi tío en cámara lenta.

—No te desmayes —susurré repetidas veces implorándole a mis piernas que mantuvieran la fuerza.

Sólo pararon mis síntomas de idiotez crónica, cuando vi desfilar hacia mí a la criatura más exquisita y hermosa del universo.

Su imagen se tiñó de infantil acuarelas de alegría en mis pupilas.

No pude contener mis emociones que en un frenético intento por ser notorias goteaban de mi rostro.

Eres tu Samanta.

Mi Sam.

Mi hermosa Sam.

Mi Esposa.

Mi amor.

SAM II©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora