El tibio calor del alba besaba mi torso.
El canto de las aves mimaba mi oído.
Mis ojos luchaban con la voluntad de despertarse.
Hasta que recordé la realidad de lo que había vivido.
Una sonrisa se transmutó en mi rostro.
Mis pestañas sucumbieron de su prolongado abrazo, para darme cuenta que a mi lado yacía el amor de mi vida.
Sus ojos cerrados, enormes pestañas custodiaban su belleza.
Su cabello despeinado, inútil si de empobrecer su hermosura se trata.
Y lo único que podía pensar era en mi fortuna.
Eres tan bella.
Mi Sam.
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SAM II©
Short StoryDías de ensueño. Noche estrellada. ¿Cómo apaciento tu alma angustiada?. Quiero parar el recuerdo que envenena tu felicidad y la mía. Cuán hermoso será el día en que juntemos nuestros destinos. Es tan bella la llegada. Pero aún más lo es el camino. D...