Caminé mirando el piso varias cuadras.
El ocaso amenazaba con acabarse antes de mi llegada.
Entré al recinto que inauguraste hace meses.
No me notaste.
Me recosté al marco de la puerta.
Sólo te observaba rociar las flores.
Sólo te miraba cual pendejo, divagando en los excesos de mi alma tan callada.
De mi alma amordazada.
Que no podía pronunciar lo que experimentaba.
Sólo quería verte y repetirme lo increíblemente afortunado que soy.
Tú eres Sam.
Mi Sam.
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SAM II©
Krótkie OpowiadaniaDías de ensueño. Noche estrellada. ¿Cómo apaciento tu alma angustiada?. Quiero parar el recuerdo que envenena tu felicidad y la mía. Cuán hermoso será el día en que juntemos nuestros destinos. Es tan bella la llegada. Pero aún más lo es el camino. D...