"Miedo"

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—Hijo, abre la puerta —escuché la palma suave de mi madre posarse en la madera de la puerta, seguido de tenues sollozos que pregonaban la más profunda preocupación.

No me gusta escuchar el llanto de mi madre.

Sólo eso me indujo a levantarme.

Arrastré los pies sobre la alfombra hasta la puerta que abrí con el más pesado desdén.

Al entrar mi madre fue testigo de mi obra de arte.

Quise externar la frase que martilló mi cerebro desde el día que me dejaste, buscando así que saliera de mi mente.

No funcionó.

SAM II©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora