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Greg:

No podía ignorar mas esta sensación. No estaba dispuesto a rendirme, tenía que llegar a ella y después, después...

—¿Sabes que te estarán esperando?

Pete estaba cruzado de brazos tan sereno que si no fuera porque lo conocía bien diría que le importaba lo mas mínimo lo que pasaba.

—lo sé, pero no puedo quedarme aquí a esperar que nada le pase. —me pase una mano por el cabello jalándolo con fuerza —jure que no lo haría. Nunca más.

Los ojos de mi mejor amigo y mano derecha brillaron con comprensión.

—lo sé, pero si ella hubiera sabido la verdad...

Eso era algo en lo que no nos pondríamos de acuerdo.

—eso ya paso y no podemos hacer nada para cambiarlo.

No dijo nada mas, no necesitaba hacerlo su silencio hablaba por él. Gritaba.

—no podemos dejar que nada te pase.

—¿Y qué van a hacer para impedir que vaya por mi mujer?

—no queremos impedirte que la busques, queremos ayudarte a que la encuentres y que juntos volvamos aquí. Todos. Si vas sin un plan no estás haciendo bien las cosas.

Fred decidió entrar en ese mismo momento y unirse a nuestra amena charla.

—ellos no necesitan saber nuestras debilidades y tu mujer lo es.

Me enfurecí.

—¿Qué quieres decir?

Pete intervino.

—que ya estamos débiles, no necesitamos que ellos lo sepan con un ataque que no esté en condiciones.

—no quiero esperar.

Pete me aseguro.

—no será mucho. —confiaba en Pete. Pero amaba a Maira y me mataba no tenerla cerca. —cuando vayamos por ella seremos invencibles.

Asentí.

Solo para que se quedaran tranquilos.

Olvídame  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora