Carld:
—¿Estás seguro de lo vas a hacer?
Jerik dejo de caminar y me miro a los ojos, después se giro hacia su mujer que estaba sentada mirando a la ventana con Luss a su lado.
—no Carld, no estoy seguro de querer matar a mi hija. —golpeo la pared mas cercana —pero no puedo permitir que mi hija siga siendo un monstruo.
Ciela jadeo al oírlo. Pero fue Luss la que hablo.
—no creo que ella sea un monstruo, pero tampoco podemos permitir que siga siendo algo que no es. —apoyo la mano en el hombro de Ciela. —algo que no encaja en nuestro mundo. Debemos ayudarla y la mejor manera es revertir el cambio.
A Ciela le tembló la voz al decir:
—ella podría morir.
Ciela sonrió de forma dulce y se giro hacia la ventana. Las nubes cubrían el cielo, estaba anocheciendo.
—sabemos que ella podría morir, pero también podría vivir y ser normal otra vez. ¿No es eso mejor que la vida que lleva ahora?
Ciela la tomo de la mano.
—pero si se quedara como esta podría vivir con nosotros, solo le tendríamos que dar un amuleto para que pueda salir al sol.
—y sangre para que pueda vivir o se volvería loca por el hambre. —termine.
—él tiene razón madre, —hace mucho no oía a Luss llamar madre a Ciela y menos con esa voz suave —no podríamos estar seguros sin que beba, y aun así no estaríamos en paz sabiendo lo que es y lo que puede llegar a hacer. Sé que les duele lo que le pueda pasar a mi hermana, pero pensando en todos es lo mas seguro. Ella debe cambiar o irse.
Un águila llego furiosa a la ventana y grito enfadada hasta que le abrí. Entonces me ataco.
*******
Madre estaba furiosa. Desde que se encontró el cuerpo de Lara no había parado de culparme de todo, me estaba hartando.
—¿Qué crees que harán sus padres cuando les entreguemos el cuerpo?
—no sé madre. —conteste aburrido de tanta palabrería.
—Deja de portarte de esa manera. —gruño con las manos en puños. —no sabes en lo que estamos por culpa tuya.
—¿no sé cómo decirte que no fue mi culpa?
—¿Quién la dejo sola?
—yo la deje en casa y esa estúpida fue en busca de Maira.
Ella tomo el cuchillo que estaba en la mesa y me lo arrojo. Me hizo un corte en la oreja.
—¡¿Estás loca?! —le grite tocándome el corte. —casi me das.
Ella rio.
—créeme hijo, si quisiera darte lo hubiera hecho. —se acerco y tomo el cuchillo que había quedado en la pared —esto fue un pequeño aviso. Arregla tu mierda.
Giro el cuchillo en su mano y lo dejo en la mesa apuntándome.
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Olvídame
ParanormalLo primero que sentí fue... nada. No había nada, parecía estar suspendida en el aire, no podía abrir los ojos pero no me molestaba porque todo estaba tan calmado. La paz pareció durar por siempre, no sabía cuánto llevaba en ese estado, y de un mome...