Iris:
Alfredo siempre tuvo gran habilidad con las manos y ahora lo estaba demostrando de las mejor manera. Estaba tan concentrada en sólo sentir, que casi piso por alto la pequeña descarga que me puso los pelos de punta. Casi.
—Detente. —empuje a Alfredo lejos de mi y preste atención, ahí estaba de nuevo. —estamos bajo ataque.
Salí de la cama y me vestí a la voladas. Alfredo también lo hizo, pero preferí dejarlo seguro en casa.
Apenas había empezado a correr cuando oí las voz de mi hermano llamando a Maira. Otra vez lo mismo.
Cuando llegué a él estaba gritando como loco y corriendo de un lado a otro.
—¡Maira! —gritaba él jalándose el cabello.
—Basta, —llegué hasta él y al tocarlo absorbí un poco de su energía —deja de gritar o harás que nos maten.
—¿Qué mierda pasa? —balbuceó tambaleándose un poco —¿Qué me hiciste?
Greg miraba a todos lados y supe que estaba buscando por donde nos atacaban, pero no se veía a nadie. Yo en cambio podía sentir la magia que ellos estaban usando.
—Calmate. Y estamos bajo ataque.
—No, no lo estamos.
Lo arrastre de regreso a la cabaña, teníamos que encontrar a los demás.
—Se llevaron a Maira, eso es atacarnos porque ella es parte de nosotros.
Cuando Greg estuvo mejor llamó a Fred y a Pete, ellos llegaron con refuerzos, entre ellos una bruja.
—¿Por qué me trajiste? —se aquello ella.
Greg la miraba sin hablar, su atención estaba en el libro que ella llevaba entre las manos.
—¿Por qué vienes hasta ahora? —dijo Greg al fin. —te mande llamar hace mucho.
Ella apretó el libro más fuerte contra su pecho. Pero no hablo.
—Veo que trajiste el grimorio, pero no veo a Elaine por ningún lado.
—¡¿Elaine?!—grité. —¿Por qué mierda traería a esa perra aquí?
Fred despidió a los demás y nos quedamos solos nosotros.
—Greg, porqué aún está ella aquí, pensé que había muerto.
—Ella está muerta. —me dijo la bruja. —lo que él quiere decir es que no traigo lo que queda de esa maldita sombra.
—Ella no sólo es una sombra. —Alfredo entró y se colocó a mi lado tomando mi mano —ella es una devoradora de almas. —luego apretó mi mano y sonriendo tristemente me dijo: —como tú, amor.
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Olvídame
ParanormalLo primero que sentí fue... nada. No había nada, parecía estar suspendida en el aire, no podía abrir los ojos pero no me molestaba porque todo estaba tan calmado. La paz pareció durar por siempre, no sabía cuánto llevaba en ese estado, y de un mome...