¿Issá?
Me sentía mareada, parpadeo varias veces y aún así no podía enfocar la mirada. Me dolían los brazos de tenerlos estirados por tanto tiempo.
Había ruido afuera, esperaba que no fuera ese horrible tipo viniendo por mí. Lo odiaba, odiaba que me obligará a dormir con él. Que me forzará, que me humillara.
Lo odiaba. Lo odio.
Me encerró aquí por tratar de escapar. Me uso frente a todos, y me ató desnuda aquí "como castigo".
El ruido se hizo cada vez más fuerte. No parecía ser él, parecía más una pelea. Que importa, moví las muñecas hiriendolas un poco más, no debía llevar mucho aquí o ya estaría muerta.
La puerta prácticamente salió volando, un hombre entro y me libero fácilmente, luego me levantó en brazos y saco de ahí. Cuando pude verlo bien me asusté al saber que era un demonio, uno de los que mi madre tanto me advertido.
Quería gritar, pero no tenía fuerza no para eso. Al menos no sufriría más, este demonio acabaría rápido conmigo. Al subir las escaleras y pasar por la casa, note lo destruida que estaba y en el medio del gran salón estaba el cuerpo del amo, en una posición imposible, en un gran charco de sangre.
Temblé.
—no tienes que temerme. —susurro.
Volteo mi rostro hacia la puerta y ahí estaba Eliane. Dibuja una pequeña sonrisa en la esquina de su boca, como el día que nos despedimos.
—te dije que volvería por tí, —acarició suavemente mi rostro cuando estuve frente a ella —nadie nos volverá a separar hermanita.
—¿Cómo sabes todo eso? —Eliane se retorció molesta, me reí. Un simple hechizo y ella me vio, mi verdadero yo. —¿Issá?
Entonces mi hermana me sorprendió una vez más. Se echó a reír.
—¿Qué es tan gracioso hermanita?
—nunca debí sacarte de es casa, debí dejar que ese viejo monstruoso te matará. —si sonrisa seguía, pero no estaba riendo más —pero lo que en verdad me hace reír, es que hagas todo esto solo por mí.

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Olvídame
ParanormalLo primero que sentí fue... nada. No había nada, parecía estar suspendida en el aire, no podía abrir los ojos pero no me molestaba porque todo estaba tan calmado. La paz pareció durar por siempre, no sabía cuánto llevaba en ese estado, y de un mome...