Olvídame

41

Marc

Ella es una traidora.

Ella es una traidora.

Ella es una traidora.

Como me había dicho Carld, ella llego corriendo hasta una camioneta no muy lejos de la cabaña.

—¡Espera! —grite corriendo hacia ella, pero si me oyó no lo hizo saber y siguió corriendo. —¡Maira!

Pero ella apuro el paso llegando a su camioneta y arrancando a gran velocidad.

Podía usar mi magia y detener el auto, pero dejaría mi firma en ello y los demás podrían saber que lo hice yo. Nadie tenía que sabe que lo hice yo.

Corrí hacia mi auto y la seguí.

Acelere lo más que pude y logre alcanzarla. Ella me había visto porque trataba de alejarse de mi.

Maira no sabía manejar bien así que fue fácil alcanzarla.

—¡Para! —grite, pero ella me ignoro. —¡Maira, para el auto ya!

Estaba furioso y no pare hasta que Maira, en un intento por esquivarme, se despisto y choco su auto.

Por un momento no pude moverme, frene y me quede totalmente quieto esperando que mi hermanita no salga de ese auto. Espero que el trabajo este terminado. Pero no pasa, ella se atreve a salir del auto y tropezar algunos pasos antes de caer.

Temblando salgo de mi auto y camino los más largos y tortuosos pasos en toda mi vida. Ella está en el suelo sus ojos me enfocan y su labio inferior tiembla al decir mi nombre.

—¿Por qué?

La iré me nubla la vista.

—¡¿Por qué?! —saco la pistola que llevo escondida en la cinturilla del pantalón —¿Cómo si no supieras porque lo hago?

Le apunto con el arma, pero no soy lo suficientemente valiente para apretar el gatillo. Sé que sus poderes están atados y no podrá defenderse de nada que le haga. Guardo el arma y vuelvo a mi auto.

Solo debe dejar de pensar que es mi hermana, la pequeña a la que siempre cuide o ese trate de hacer. Si lo hubiera hecho bien, hoy no tendría que hacer nada de esto.

Acelere mi auto y la golpee con fuerza.

Luego me fui dejándola tirada ahí.

—ella es una traidora. —me repetí en voz alta, para lograr convencerme —ella era una traidora.