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Después que Maira bebiera de mi vena se acurruco en mis brazos y se quedo dormida. Indefensa y confiada.
Jamás pensé que esto pasaría, por un momento olvide en lo que se había convertido y me relaje a su lado. El sueño también me arrastro.
Desperté con los suaves gemidos de Maira. Ella lloraba pero seguía dormida.
¿Estaba soñando?
—Maira, —la moví —despierta.
Ella abrió los ojos asustada y por un momento temí que me atacara.
—¿Qué te paso?
—una pesadilla.
—¿de qué trataba?
Vi como sus ojos se perdían en algún recuerdo.
—nada, no era nada.
Se abrazo a mi pecho y no dijo nada más. Tampoco le hice más preguntas.
Se sentía demasiado bien para arruinar el momento en esas cosas, la noche nos volvería a la realidad.
—¿Estas dormido?
—no.
—¿Qué piensas?
—como son las cosas ahora.
—explícate.
—no son como lo esperaba, nada lo es.
Ella se apoyo sobre un codo y me quedo mirando fijamente.
—explícate. —repitió.
Reí, eso es lo que amaba de ella. Siempre queriendo saber más, nunca se conformaba.
La extrañaba.
—te extraño. —ella me miro confundida y esperando —nosotros éramos muy cercanos, antes de que todo pasara.
—¿Qué tan cercanos?
Trague negándome a demostrar alguna emoción y fallando miserablemente.
—será mejor esperar a que Ciela llegue, ella te dirá todo lo que necesites saber.
—pero ella me dirá las cosas como cree que debo saberlas, —poso su mano en mi rostro y el tibio contacto me distrajo —quiero saber las cosas como realmente son. Tal vez eso me ayude con mi memoria.
Su memoria. Si ella recuperaba sus recuerdos estaría perdido.
—por favor. —esto era nuevo en ella.
—está bien, contestare.
—¿Todo lo que pregunte?
—tampoco tanto —me eche sobre mi espalda y toque mi barbilla como si estuviera pensando profundamente, Maira rió a mi lado y me dio un juguetón golpe en el pecho —esta es la oferta. Piensa en tres preguntas, —levante mis dedos enfatizando el número.
—¿contestaras esas preguntas, sean cuales sean? —asentí —¿Cómo se que no me mentiras?
—porque no lo hare.
—no me fio solo de tu palabra.
Dijo tan seriamente, pero con un brillo emocionado en sus ojos.
—ves esto —levante el colgante de mi pecho —es para canalizar ciertas cosas, —ella estiro la mano pero la aparte —no puedes tocarlo.
—¿Qué hace?
Sonreí de lado y dije un sencillo hechizo de verdad, los niños lo usan para jugar. No te deja mentir, pero si omites algo tampoco pasa nada.
—¿Qué fue eso?
—es un hechizo de verdad. —ella me miro desconfiada y rodé los ojos —hagamos una prueba, yo te hago una pregunta y cuando tu contestes solo podrás decir la verdad. —antes de que objetara dije: —¿llevas ropa interior?
Ella se sonrojo y su boca se abrió y ningún sonido salió. Luego simplemente dijo:
—no.
Mierda.
—está bien, ahora que entendiste como funciona esto. Dispara.
—¿Hace cuanto desaparecí?
—mas o menos tres meses.
—¿Cómo paso?
—te secuestraron de tu casa y tus padres no supieron mas de ti. —ella estaba indecisa, nerviosa. —una pregunta más y se acabo. El hechizo también. —le recordé.
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Olvídame
ParanormalLo primero que sentí fue... nada. No había nada, parecía estar suspendida en el aire, no podía abrir los ojos pero no me molestaba porque todo estaba tan calmado. La paz pareció durar por siempre, no sabía cuánto llevaba en ese estado, y de un mome...