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Mi corazón latía rápidamente.

¿Cómo me paso esto a mi? ¿Cómo termine así, enamorada de él?

—relájate. —su voz ronca hace que la piel de gallina cubra mi cuerpo —te gustara, lo prometo.

No estoy nerviosa porque creo que me dolerá o algo así, estoy nerviosa porque lo deseo. Estoy cansada de negarlo, desde que lo vi aquella noche cerca de nuestro aquelarre y me llevo pócimas y hiervas, algo se despertó en mí, cada vez necesitaba verlo más y ahora no puedo dejarlo. No quiero hacerlo.

Pero las palabras están mas allá de mí, solo puedo gemir.

Él lo toma como un sí y sus colmillos se adentran despacio cortando mi piel.

Mis ojos se abren y mi boca toma todo el aire que parece me ha abandonado.

La cabeza me va a explotar.

Ahogue un grito antes que brotara y todos vinieran a ver que me pasaba.

Esos sueño, sueños no, esos recuerdos. Eran recuerdos de mi vida, o al menos la que tuve antes de convertirme en lo que soy ahora.

Aun en la bruma del sueño-recuerdo que tuve, un escalofrió recorrió mi cuerpo. En el recuerdo podía casi sentir el abrumador sentimiento que, el momento tuve por Greg. Me era imposible creer que alguna ver estuve enamorada de él. Y si fue así, ¿Por qué termine prisionera en su casa? ¿Por qué cambie y olvide todo?

Me dolía la cabeza solo de ponerme a pensar en todos los posibles escenarios.

Los recuerdos me atravesaban como si fueran agujas.

Recuerdos.

Mi desaparición.

Greg.

El accidente.

La maldita cabaña.

Y... Carld.

Lo recordé todo.

Todo.

Olvídame  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora