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Greg:

—¿Cómo la llamaste? —la mujer frente a mi miró sobre su hombro dulcemente a Maira —¿Cómo llamaste a mí mujer?

—¿Tú mujer? No seas ridículo, ella no es tu mujer. Ella no es quien tú crees.

—¿De qué demonios hablas? —la mujer frente a mi me sonreía. —si ella no es mi esposa, —mire a Maira —¿Quién es?

Una figura apareció tras de Maira, estaba cubierta por una túnica que la cubría casi por completo, solo dejaba a la vista sus labios.

—La ironía de la vida, —continuo la mujer sin mirar a la recién llegada. —ella, mi amado Greg es Elaine.

—Eso es imposible, ella está...

estaba en las manos de tu hermana, —termino la encapuchada por mi —eso fue muy fácil, ella estaba muy concentrada en salvar a su amante para notar que las cenizas de Eliane y el grimorio ya no estaban.

—Nadie mejor que mi hermana, —siguió la mujer frente a mi sin dejar de mirarme —mi propia sangre para hacer una bruja poderosa.

No sabía si era la falta de sangre o tanta información para procesar, la que me tenía un poco lento, pero no estaba entendiendo nada.

—¿Tú hermana? —susurre confundir. —¿Por qué la llamas hermana?

Ella apretó los puños molesta y gruñó como una fiera. La encapuchada se acercó tan suavemente que parecía flotar, hasta quedar frente a mi junto a la mujer que me miraba furiosa.

—Tranquila Luss. —la encapuchada se descubrió el rostro y me sonrió al notar que la reconocí. —has intervenido por mucho tiempo, ustedes dos lo han hecho por mucho tiempo, pero eso se acaba hoy.

Me enfurecí al ver a Lía sonreírme así.

—No te dejare hacerle nada a mi esposa. —le rugí amenazante.

—¿Por qué lo haces? —lloriqueo la otra mujer, Luss, llamando mi atención una vez más hacia ella —¿Por qué insistes llamarla esposa? —toco su pecho con la mano derecha y balanceo la joya que alguna vez fue de Issá en la otra —¡Yo soy tu esposa!

Olvídame  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora