Cuando ingresé al avión la nostalgia se apoderó de mi nuevamente. No quería dejar NewYork, tal vez no tenia muchos amigos en ese lugar, pero si tenia personas a las cuales amaba y mucho. Cuando el avión estuvo apuntó de despegar, decidí tomar mis audífonos y ponermelos para olvidarme del mundo, puse las canciones a reproducirse en aleatorio. Sin embargo, siempre las pasabas hasta encontrar mi favoritas.
No se que clase de problema mental tenga...
[...]
Cuándo sentí las ruedas del avión tocar el suelo, una sensación de incertidumbre se apodero de mi, mis piernas temblaban de tal manera que no sabia si iba a conseguir ponerme en pie. No obstante, mi cuerpo lo hizo de manera automática. Una vez estuve afuera, el frío golpeó mi rostro de manera brutal y agradecí el hecho de que mi madre me hiciera venir con una chaqueta puesta.
Con mi mirada comencé a buscar a la persona que estaba encargada de venir a recogerme y después de un par de minutos, observé a lo lejos a un joven con un letrero en sus manos que decía Alice Morgan, caminé hasta él, este al verme de inmediato corrió para ayudarme con mi maleta.
-Buenas señorita- Asentí ante su saludo y él continuó. -Soy Owen, bienvenida a Alaska.
Fingí una sonrisa mientras nos dirigíamos hacia el auto, no quería hacerle sentir mal. De todos modos, él no era el culpable de que estuviese aquí. Aunque, si tan solo el director no me hubiese dado la maldita beca, otra historia estaríamos contando...
—Eres el director.— Indague al ver que el chico tenía mas o menos mi edad.
—Su hijo— corrigió. —Él encargado de recoger a los estudiantes de intercambio cuando él no puede hacerlo, se le presentó un inconveniente hoy así que me pidió el favor.
Asentí ante su respuesta, mientras jugaba con mis manos para intentar calmar mis nervios...
—Tu madre nos ha comentado que deseas quedarte en una fraternidad.
Abrí mis ojos como platos y me giré hacia él chico, esperando que me dijera que era mentira.
—Veo— Comienza este mientras rasca su nuca para tratar de ocultar sus nervios. —Que ella no te comentó nada, si gustas entonces puedes dormir en la universidad, hasta que consigas un departamento.
—Me parece bien.
El auto aparcó en un edificio enorme y Owen me indicó que bajara.
—Hoy al ser un domingo no podrás terminar la inscripción, así que si gustas puedes hacerlo mañana a primera hora.
Asentí, lo primero que hicieron fue mostrarme mi habitación la cual iba a compartir con una chica rubia quien también estaba de intercambio.
—Bueno yo las dejo, para que se conozcan mejor.
Ambas sonreímos en forma de agradecimiento y Owen se marchó.
—¿Y de donde eres?— Preguntó la rubia mientras se sentaba en su cama.
—Nueva york ¿y tu?
—De Australia, mucho gusto mi nombre es Elif.
—Alice— Me limite a responder.
—Y...— Realizó una pausa mientras me observaba. —¿Como terminaste en este lugar?
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ERES MIA
Vampiro-Necesitamos hablar- Su voz era firme como si supiera que volveria a caer en sus redes. -No- en ese momento agradeci que mis palabras sonaran con tal firmeza que si no hubiese estado en esa situacion talvez me habria felicitado. Corri como pude por...