Six

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Bonnie observaba la tercera rosa, sus latidos se habían alterado un poco en el momento que la encontró en su mesita de noche. Lo que Frank había conversado la noche anterior con su hermano aún lo tenía incómodo, no se fiaba del todo, en cualquier momento Drake podía abrir la boca y todo se iría a la mierda. Estaba empezando a abrir su corazón al alfa, el primer alfa por el cual estaba sintiendo algo.

-¡Oye, no! Perro malo, suelta... Suelta- Bonnie rió al oír la voz de Frank fuera de su ventana. El perro se había encariñado con el alfa y cada vez que lo encontraba corría a él para jugar. -¡Oreo!- 

El omega abrió la ventana dejando que el alfa entre y de paso dejando entrar al enorme mastín inglés quien ladraba de felicidad. Siguió riendo, sobre todo cuando Oreo logró derribar al alfa y comenzó a lamer su rostro recibiendo muecas de asco por parte del alfa. El perro dejó de lamer el rostro del alfa para correr hacia el hámster de Toby y hacerlo rodar mientras intentaba romper la cápsula en la que se encontraba el pequeño animal.

-¿No te preocupa que se coma al hámster?- el alfa se levantó del suelo limpiando su rostro con la manga de su camisa.
-Oreo y Pepperoni se llevan bien-
-¿Por qué tienen nombres de comida?- el omega se encogió de hombros. -Como sea, leí la lista de libros que tienes en tu casillero y te traje este- el alfa sacó un libro con una tapa verde y una chica rubia de portada.

El omega gritó quitando el libro de las manos del pelirrojo y abrazando el libro como si fuera su hijo.

-¿Cómo lo encontraste? ¡Cuando fui a comprarlo no lo tenían!- el omega arrancó el papel protector del libro y luego miró al alfa. -¿No dañaste a nadie, verdad?-
-Nadie murió, así que no- el omega no lo escuchó, estaba concentrado leyendo la descripción.
-Gracias...- Bonnie reprimió sus ganas de abrazar al alfa. -Ya te quiero un poquito más-

Ambos se quedaron compartiendo miradas por unos minutos hasta que el alfa finalmente decidió abrazar al omega. Bonnie mordió su piercing en un intento de no seguir sonriendo, el aroma del alfa lo hacia feliz.

-¿Quieres ir a algún lado?- el alfa rompió el silencio sin romper el abrazo.
-No quiero morir- se burló el omega soltándose y dejando el libro sobre su cama. -Prefiero quedarme leyendo-
-Sólo un rato, para que te alejes de tu rutina-

[…]

-No estoy muy seguro de esto…- Bonnie miró con horror la moto del pelirrojo, nunca se había subido a una y la simple razón de que pudieran volcarse lo asustaba. -No es seguro-
-Muy tarde para arrepentirse- el alfa le puso su casco al omega y se subió a su amada moto. -¿Ese casco es suficiente seguridad para ti? Vamos, súbete-

El omega intentó no parecer asustado y subió tras el alfa, abrazándolo a pesar de que aún se encontraban quietos. Sin previo aviso, Frank empezó a conducir, asustado al omega y obligándolo a aferrarse con fuerza a él.
A Bonnie le tomó unos minutos acostumbrarse a la velocidad en que iban, pero pudo comenzar a relajarse con el pasar de los minutos.

-¿Haz ido alguna vez al bosque que está al otro lado del cruce del tren?- a pesar de que el tono del alfa era alto, Bonnie apenas podía oírlo. Negó con el casco pegado a la espalda del pelirrojo. -Bien, iremos allá, no te asustes si cruzamos antes que el tren- eso lo dijo un poco más bajo para evitar que el omega tuviese un ataque de pánico.

No les costó mucho llegar, Frank bufó al ver la hora de reojo en su reloj. Había perdido su oportunidad de saltar frente al tren. O tal vez la suerte se había puesto de su lado porque el sonido del tren se oía a lo lejos, sonrió y tomó otro camino, yendo hacia una colina perfectamente ubicada que daba con las líneas, sólo redujo la velocidad un poco hasta que el sonido del tren se hizo más fuerte, alterando a Bonnie.

-¿Frank? ¿Frank, qué vas a hacer?- su desesperación comenzó a crecer en el momento en el que el alfa volvió a acelerar. -¡Detente! ¡Vas a matarnos!- el omega pensó en soltarse, pero estaban demasiado alto. No había lugar seguro para caer, pero morir no era la mejor opción.
-Sujétate- el sonido del tren seguía siendo más fuerte.

Los gritos desesperados de Bonnie eran opacados por el sonido que emitía el tren cada vez más cerca, Frank sólo tenía en mente una cosa y era pasar frente al tren sin ser impactado. Aceleró a toda potencia sin importar nada, saliendo disparado a las líneas del tren con los gritos desgarradores de Bonnie en sus oídos.
Lo último que pudo oír fue el sonido de algo siendo aplastado por el tren.

Imprudent 「ABO!Fonnie」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora