Twelve

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Horas antes...

-Papá, en verdad, n-no hay nada en mi habitación, no tienes que ir- Bonnie jalaba la camisa de su padre en un intento por detenerlo. -¡Papá!-

Todo eso había ocurrido a causa de que Andrew había encontrado a Bonnie una rosa en el salón luego de que bajara a la cocina por un vaso de agua. El omega seguía insistiendo que no había nada en su habitación, pero su padre no lo había oído y se había encaminado al cuarto de su hijo hecho una furia.
Bonnie había huido asustado en el momento en que su padre encontró las rosas en su armario, lo único que pasaba por su mente era que su padre lo mataría por eso. Sus piernas lo habían guiado a la habitación de Drake, quien yacía en su cama gimoteando de dolor hecho bolita sin percatarse de la presencia de su hermano menor.
El omega supo inmediatamente que pasaba con su hermano cuando divisó el vaso de agua junto a una tableta de pastillas en el suelo. Drake estaba cambiando su genética. Quiso ayudarlo pero el aroma de su padre acercándose hizo que saliese de la habitación de su hermano con rapidez. No iba a meter en problemas a Drake y menos por algo tan grave.

-Bastián Anderson, vuelve aquí- el nombrado se quedó helado al oír la voz de su padre tras él. -Vas a explicarme que mierda hacen esas malditas rosas en tu habitación- Bonnie sintió como su cabello era jalado y todo su cuerpo era tironeado obligándolo a bajar las escaleras con los gritos desesperados de su madre de fondo. -Písalas, ahora- gruñó el mayor al llegar a la habitación del omega.
-N-no quiero- susurró el omega evitando que las lágrimas caigan debido al dolor que sentía por el tirón de su cabello. El puño de su padre se estrelló contra su mejilla haciendo que las lágrimas al fin cayeran.

El omega cayó al suelo llorando intentando recoger las rosas, chillando cuando su padre pisó su mano.

-O lo haces tú, o lo hago yo- Bonnie negó, recibiendo una patada directamente en su estómago. Mientras intentaba recuperar el aire vio como las rosas eras destrozadas frente a sus ojos por su padre, cada palabra, cada momento con Frank pasaban por su mente consumiendo su ser.
-Andrew, para, no le sigas haciendo daño- Lucy temblaba de miedo parada en la puerta, su miedo aumentó cuando su marido se acercó furiosamente hacia ella con intensiones de golpearla también.
-¡Mamá!- chilló Bonnie levantándose adolorido e intentando llegar a su madre.

Al salir de su habitación pudo ver a Blake intentando retener a su padre mientras que su madre estaba tirada en el suelo, inmóvil. Quiso acercarse pero los brazos de Drake lo rodearon, el rubio tenía sus pantalones empapados en sangre y su rostro estaba completamente pálido, pero luchaba por no desmayarse y poder cuidar de su hermanito. El llanto de Toby fue lo único que de escuchó luego de que Blake lograra noquear a su padre para que dejara de patear a su esposa.
Drake cayó unos minutos antes de que Golden llegara a su casa irrumpiendo con una ambulancia; Bonnie se encontraba ido, no le importaba la cantidad de sangre que salía de su nariz, sólo quería que su madre estuviese bien. Todo eso había sido por su culpa.

Toda su familia había sido trasladada a un hospital, la policía había llegado a su casa, por lo que Blake tuvo que mentir y decir que había sido un asalto. En su interior quemaban las palabras, el que dijese que su padre lo había hecho todo y que lo encerraran por casi matar a su esposa e hijo.
Lucy había sufrido un golpe demasiado fuerte en su cabeza, incluso era posible que cuando despertara no recordara nada de nada, por lo que sólo quedaba rogar porque eso no pasara. Drake se había desangrado por el efecto de las pastillas que había estado tomando durante unos meses con el fin de cambiar su genética, Golden se había llevado una sorpresa cuando le dijeron que habían encontrado restos de Changex alfa-omega en su organismo, nunca pensó que su novio optaría por cambiar de alfa a omega. Bonnie sólo había resultado con heridas menores a las de su madre, había sufrido un derrame ocular en el lado derecho, su mejilla estaba hinchada y se comenzaba a formar un moratón en su estómago. Lo que más le dolía era el pecho, en el momento que pensó en que Frank entraría a su habitación y encontraría las rosas destrozadas su ritmo cardíaco se aceleró hasta que su cuerpo dejó de responder haciéndolo quedar inconsciente por unas horas.

Imprudent 「ABO!Fonnie」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora