Semanas después.
Los llantos de sus hijas se hicieron presentes a media noche, ninguno de los dos quería levantarse, pero tampoco podían dejarlas llorando. Les estaba costando bastante eso de ser padres.
-Es tu turno- gruñó Bonnie, enterrando su cara en la almohada.
-Acabo de ir- murmuró Frank con los ojos cerrados y sin intensiones de levantarse.
-Yo las parí-
-Yo doné el esperma-
-Las llevé ocho meses en mi vientre, Frank, es tu turno-
-Te cumplí todos los antojos-
-Y yo los vomité dos segundos después, es tu turno-Frank se levantó gruñendo en voz bajas mientras Bonnie volvía a dormirse. Entró a la habitación de sus hijas y les cambió el pañal antes de llevarlas a ambas a su habitación, para que Bonnie las alimente y finalmente se duerman otra vez, pero no lo consiguió. Su omega se había dormido otra vez así que él tuvo que hacer dormir a sus hijas, meciéndolas hasta que lo logró. Él tampoco pudo con su cansancio, por lo que se durmió con sus pequeñas en brazos.
Horas más tarde, Bonnie finalmente abrió sus ojos, sólo para encontrarse con su alfa dormido y sus dos hijas despiertas las cuales estaban intentando salir de los brazos de su papá. Sonrió con ternura antes de sentarse con pereza en la cama y tomar a sus hijas con cuidado de no despertar a su pareja, dejó varios besos en las mejillas de sus niñas hasta que empezaron a reclamar por el hambre que sentían. El omega las alimentó a ambas, observando de reojo como su alfa dormía con la boca ligeramente abierta y el ceño un poco fruncido, además de tener todo el cabello desordenado. Los ronroneos que salían de la garganta del pelirrojo lo tranquilizaban y el aroma que desprendía lo hacía sentir protegido de todo aquello que había estado sucediendo luego del nacimiento de sus hijas. El mismo chico que lo había visitado luego de que nacieran sus hijas, volvía dos veces por semana, siempre que Bonnie estaba solo en un lugar con un regalo diferente cada vez; Bonnie no los aceptaba, el chico sólo se los daba y se iba sin decir nada ni dejar que Bonnie dijese algo. Bonnie ya tenía cuatro libros más, varios peluches, chocolates entre muchas otras cosas, incluyendo un nuevo conejo tan pequeño que caía en la palma de su mano, que para no levantar sospechas, le había dicho a Frank que lo había encontrado fuera de la casa.
Cuando finalmente las niñas quedaron satisfechas, Bonnie las separó de su pecho y se levantó con cuidado para llevarlas a su habitación. Las dejó a ambas en la cuna cuando vio que estas empezaban a dormirse y se estiró logrando que varios de sus huesos crujieran. Se acercó a la ventana de las niñas para cerrar las cortinas, pero al mirar por esta, su sangre se congeló. Bajó corriendo las escaleras sin importarle hacer ruido y salió por la puerta trasera hasta que llegó a su destino.
-¡Oh por dios, Blapi! ¡Suéltalo!- gritó Bonnie agarrando a su perro del collar. -¡Deja de morderlo!-
El perro se negaba a soltar la pierna del desconocido, apretando cada vez más la zona. Bonnie tomó al perro desde la zona trasera del cuello y tuvo que tirarlo hacia atrás a pesar de que sabía que eso dañaría a su mascota. El animal finalmente soltó a su "presa" e intentó morder a Bonnie, pero antes de poder hacerlo, fue desconcentrado por el silbido de su dueño pelirrojo.
El omega maldijo en voz baja y se apresuró a ayudar al chico que tenía en frente, disculpándose varias veces, además de disculparse también por no poder curarle la herida. El chico huyó cojeando hacia el bosque dejando preocupado a Bonnie.
Este volteó encontrándose a su alfa caminando hacia él, no lo dejó dar más pasos ya que empezó a correr en dirección a su pareja quien lo recibió con una ceja alzada.-No deberías correr, pue-
-Cállate, Blapi estaba atacando a una liebre- mintió.
-Bonnie, aquí había un alfa, lo sé- el omega no lo miró. -Podré ser un idiota, pero no un estúpido-
-Imbécil- soltó el omega intentando no reír.
-Hablando en serio, me he dado cuenta de que hay alguien paseándose por aquí- el pelirrojo cubrió a su pareja con su chaqueta luego de sacar su móvil de esta. -Y aparte de mi olfato, tengo pruebas... ¿Vas a contarme?-
-Entremos primero, se me está congelando el culo- Frank hizo una expresión coqueta, recibiendo un golpe en su brazo por aquello.
ESTÁS LEYENDO
Imprudent 「ABO!Fonnie」
FanficTodos anhelan la acomodada y perfecta vida de Bastian Anderson, sin embargo, para él es una tortura ser el único hombre omega de la familia ya que su condición lo coloca en un pedestal que al cumplir la mayoría de edad será entregado a un alfa de bu...