One

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Bastián tiró su mochila al suelo en el momento en el que entró a su cuarto, su estómago dolía y los supresores se le habían acabado. Tampoco saldría a comprar más porque un alfa lo había seguido hasta su casa, bufó y comenzó a quitarse el uniforme de la escuela para así ponerse la pijama y tirarse a su cama a sufrir en silencio. Odiaba completamente el hecho de ser un omega, pero no podía cambiar su genética. Su padre lo mataría. El olor del celo de uno de sus hermanos mayores lo tenía mareado, estaba seguro de que Blake sólo lo hacía para molestarlo. Por lo menos dormía en la planta baja de la casa, así que el celo de sus hermanos alfa no le afectaba mucho. Se recostó en la cama y comenzó a dar vueltas hecho bolita para evitar el dolor, pero no funcionaba. Mordió su camiseta, abrazó la almohada, rompió varios papeles pero el dolor seguía ahí; lo más preferible era dormir, después de todo, sólo le quedaban dos días más de celo y volvería a ser el omega aburrido de siempre.

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Un golpe de alguien tropezando en su habitación lo despertó, suponía que eran por lo menos las diez de la noche. También supuso que se trataba de Alice, ya que ella siempre evadía la seguridad de su casa y entraba por la ventana de su cuarto.
Se alteró cuando el aroma a un alfa desconocido se coló en sus fosas nasales y no dudó en gemir para pedir ayuda aunque antes de que pudiera emitir sonido alguno, unas manos grandes se posaron en su boca, obligándolo a callarse.

-Cállate Bunny...- gruñó el desconocido antes de prestar atención y darse cuenta de que quienes lo buscaban se habían ido. El aroma de omega en celo llegó a sus fosas nasales demasiado rápido, incluso podía oler el miedo del chico que tenía en frente. -Voy a soltarte... Pero no gimas ¿Entendido?- un asentimiento y soltó a Bastián.

Este último estaba asustado, había un alfa desconocido en su habitación y eso no ayudaba a que su celo se calmara. Aunque se había prometido nunca depender de un alfa no era capaz de ignorar al que tenía en frente, pero estaba seguro de que era sólo por estar en celo y nada más.

El alfa se alejó de él y de inmediato fue a la ventana por la que había entrado, bajo la mirada atenta de Bastián. Cuando el omega finalmente confió de su voz, se atrevió a moverse de su lugar, haciendo que el alfa de inmediato reaccione.

-Sales por esa puerta y estas muerto- Bastián dejó de moverse y observó el rostro del alfa con la poca luz que se colaba por su ventana. -Bromeo, vete, pero no le digas a nadie que me viste aquí-

El omega pareció reaccionar a algo, un aroma en particular. ¿Qué hacía Alice fuera de su casa esas horas? El alfa también reaccionó al aroma, pero antes de que pudiera poner un pie fuera de la ventana, la voz del omega se hizo presente.

-¿Por qué estas aquí? ¿Quién eres?- no sabía de donde había sacado valor para hablarle así a un alfa, pero ya lo había hecho y no había marcha atrás.
-Sólo sentí tu aroma de omega en celo, al igual que los demás alfas que hay fuera- mintió. -Bueno, adiós, niño con olor a mora-

El omega se levantó justo en el instante en el que el alfa salía por su ventana y se perdía en el jardín. Se golpeó mentalmente al darse cuenta de lo tonto que estaba siendo al pensar en ese alfa.
El aroma de Alice se había disipado, al igual que el del alfa.

Por otro lado, ese alfa se encontraba a lado de una omega, siendo específicos, Alice.

-¿Qué fue lo que hiciste ahora?- cuestionó la omega viendo por el retrovisor a sus hermanos menores que no dejaban de pelear.
-Digamos que... Quizás golpeé a Madison sin querer otra vez y ella pidió ayuda- el alfa fue fulminado por la mirada de la chica a su lado. -¿Qué? Ella es insoportable, su aroma me repugna, prefiero el de Carrie o el del omega con olor a mora, ese amigo tuyo del que acabo de salir de su casa-
-Parece que Bonnie te agradó ¿Eh?- rió divertida. -¿Verdad que tiene un buen aroma?-
-No me importaría cogérmelo-
-Dios, Rojo, es un omega de sangre azul, específicamente de la familia Anderson y sabes que su padre esta chiflado- de un momento a otro sólo se oía su voz, incluso los gemelos escuchaban sus palabras atentamente. -Además, tu siempre haz golpeado a Madison y sabes que si golpeas a un omega te matarán-
-Olvidémonos de Madison, quiero centrarme en tu amigo, no me importaría pasar toda mi vida oliendo a ese omega- murmuró mirando por la ventana. -Creo que es el mejor omega que me haz presentado-

Una sonrisa se coló en el rostro de su hermana al oír eso.

Imprudent 「ABO!Fonnie」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora