36. El cajón

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Me acerco a mi mesita con el almuerzo en la mano; aunque sé que no daré un bocado, Draco me ha obligado a coger la bandeja. Suelto la comida en la mesa, divagando sobre cualquier cosa, y me doy cuenta de que se me ha olvidado el agua, quizás lo único que toque en esta comida.

Y al girarme, me encuentro algo más bien inesperado: Fred se dirige hacia mi mesa con una bandeja en la mano.

No tienes porqué ser amable, me digo. Si él te jodió, puedes hacerle lo mismo.

-¿Adónde vas, Weasley?- espeto.

-Pues... Pensaba que como me habías devuelto la voz y todo eso, ya no me odiabas y...

-Pues se ve que te equivocas- digo, y me dirijo hacia las botellas de agua, dispuesta a coger una. Cuando vuelvo a mi mesa, me encuentro a Fred comiendo tranquilamente, solo, y encolerizo-. ¿Qué haces aquí, no te he dicho que te vayas?

-Quería hablar contigo- dice, y su voz de corderito asustado consigue conmoverme un poco.

Solo un poco, no lo suficiente para dejarle comer conmigo.

-Te jodes, no quiero hablar.

He sonado demasiado cortante, pero me da lo mismo. No quiero verle la cara.

-Pues mañana te veo, después del entrenamiento de quidditch.

-Lárgate- repito. Cuando lo estoy cuidando puedo soportarlo, pues ese es mi trabajo, pero aquí no tengo porqué ser simpática con alguien que no lo fue, así que no lo soy.

Fred se marcha, resignado, y suelto la botella de agua en la mesa de muy mal humor.

Narrador omnisciente

-¿Ha habido suerte?- pregunta George, en cuanto Fred regresa a la mesa de Gryffindor. Este último niega, abatido-. ¿Me dejas que lo intente yo?

-No quiere ni verme, me odia- suspira Fred.

-Fue mala idea eso de tragarte la pastilla a posta...

-No me digas- gruñe Fred.

-¿Y no quiere ni verte? Eso lo arreglo yo.

-En serio, no lo intentes- resopla Fred-, me odia.

George asiente, aunque en absoluto va a hacerle caso a su hermano.

Narra George Weasley

-Esto, Ailey...

-Ya te he dicho que te largues, no quiero verte- dice ella, sin siquiera girarse. Los Malfoy hacen como si no me hubieran visto, y siguen hablando con Harry Potter.

-No soy Fred- murmuro. Vaya, pues no exageraba: no quiere ni verlo.

Narra Ailey Abbado

Entonces sí me giro, pero no para encarar a George, sino para buscar a Fred sin levantarme del sitio. Solo en cuanto lo localizo, comiendo cabizbajo y sin hacerle caso a Angelina, me digno a mirar a George a la cara.

-¿Qué pasa?- pregunto con dureza. ¿Y yo estaba recuperando a la vieja Ailey? Pues se ve que no.

-¿Podemos hablar?

-Adelante- digo, y por una vez en todo el día, intento sonar amable.

-Me refería... Solos.

Miro interrogante a Draco, y su respuesta es un pinchazo de advertencia acompañado con una afirmación. Me levanto.

-¿Te guardamos la comida?

-No tengo hambre- contesto, y sigo a George hacia uno de sus pasadizos. Caminamos por el amplio pero retorcido túnel, y en un momento dado, George se detiene, mira a todas partes y habla.

Hija De Nymphadora TonksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora