44. Dobby

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Maratón cetci 2/4

Algún hijo de puta me hace cosquillas en la barriga, y abro los ojos de golpe para averiguar quién ha sido. Ughh... Entra mucha luz de golpe, así que achino los ojos para descubrir al culpable.

-Draco Lucius Malfoy, te vas a cagar- gruño, amodorrada, aunque todavía no he visto al que sea que me hace cosquillas. En efecto, al lado de la cama está agachado Draco, con una pluma en la mano, y haciéndola pasar por mi barriga una y otra vez.

-No me mates- dice, pero está sonriendo-, si yo no te he matado las miles de veces que me has despertado.

-Yo no te he despertado nunca- argumento, intentando levantarme. Leah ronca sonoramente en el suelo, hecha una mezcla de mantas y pijamas que no os podriais imaginar.

-Claro que sí, cada vez que sientes algo me despierto. Por ejemplo... Me despertaste a medianoche la última vez que te bajó la regla. No sabes el asco que da.

-Oh, claro que lo sé; tú al menos no tuviste que lavar pijamas y mantas.

-¡Ni tú tampoco!

-Cállate, déjame dormir.

-Ahora saltando con segundas, ¿eh?

-¡Que cierres la puta boca!

Un segundo más tarde, perfectamente despierta, me estoy riendo como foca retrasada.

-Tengo hambre- digo.

-Eso lo arreglo yo en seguida. ¡Dobby, ven!

Y entonces suena un crujido en el aire, y lo que creo que es un elfo doméstico hace una reverencia ante Draco.

-Aquí está Dobby, señor, Dobby a sus órdenes.

-¡Oooooh, pero qué cosa tan mona!- grito, y agacho la cabeza hasta situar mi cara enfrente de la suya-. ¿Te llamas Dobby?

-Sí, señora- dice Dobby, sin levantar la cabeza.

-¿Y por qué no te levantas, Dobby?

-Dobby no debe mirar a la cara al amo Draco. Dobby no debe, Dobby no lo hará- gimotea el elfo con su vocecita chillona.

-Ella es Ailey, y vivirá aquí durante toda la semana. Si te pide algo, debes hacerle caso a ella también.

-Sí, amo Malfoy. ¿La señorita Ailey quiere desayunar? Dobby traerá desayuno. ¿Qué quiere la señorita Ailey?

-Eres muy educado- digo, sonriendo, y me agacho de nuevo para mirarlo a la cara-. ¿Los Malfoy son buenos contigo? Porque si no, dímelo y yo lo arreglo, Dobby.

-El amo Lucius...- empieza, pero un segundo más tarde se da cabezazos contra la pared-. ¡No, Dobby no puede decirlo! ¡Dobby es un elfo bueno, Dobby no dirá nada!

-¿Qué le pasa?- pregunto, inclinándome hacia Draco, que tartamudea:

-Nada, cosas suyas.

Miente. Sé que miente, pero no pienso hacer nada al respecto. Tengo hambre.

-Dobby, ¿por qué no traes el desayuno?- digo amablemente, y el elfo deja de darse cabezazos con la pared. Menos mal.

-Sí, Dobby lo traerá. ¿Qué quieren los señores de desayunar?

-Lo de siempre- dice Draco, y yo añado al pedido un «lo que sea con nata y nutella»-. Y tráele algo a Leah.

-Sí, señor. Dobby trae el desayuno.

Cinco minutos más tarde, Dobby se aparece de nuevo en la habitación cargado de una enorme bandeja en la que hay crepes con nata y nutella, una tostada con mantequilla, un pan con queso y manzana y tres vasos de leche.

Hija De Nymphadora TonksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora