19. El día del baile

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Un poco antes de acostarme, envuelvo todos los regalos en un papel de regalo flipante, que cambia de color según la persona a la que se lo mandes.

-Y éste para Tonks- digo para mí misma, mientras dejo la última caja sobre el montón de regalos al pie de mi cama-. Herms, ¿estás segura de que estas pegatinas enviarán los paquetes a su destinatario?

Hermione asiente, y apila ordenadamente lo que parecen unos libros envueltos en papel de colores a los pies de su cama.

-Buenas noches- dice, y se tumba. Hago lo mismo, pero no soy capaz de dormir hasta bien entrada la noche.

A la mañana siguiente, cuando despierto, la pila de regalos que hay a los pies de mi cama ha cambiado de color, pero no son los mismos regalos que yo envolví anoche.

-¡¡Feliz Navidad!!- grito, despertando a las cuatro chicas con las que duermo.

-¿Era necesario tan temprano?- se queja Parvati.

Lavender suelta un gruñido, y se tapa la cabeza con la almohada.

-¿Na... Qué? ¡Espera, es Navidad!- grita Ginny, incorporándose de un salto.

Hermione le lanza su almohada a Ginny, y busca a tientas cualquier otra cosa, seguro que para lanzármela a mí.

-Ginny, vaya gente- le susurro, riéndome-. ¡Es Navidad!

-¿Os quereis callar?- gruñe Parvati-. ¡Son las seis de la mañana!

-¡Como si son las cinco y media!

Y entonces mi espíritu infantil se multiplica mil veces: ¡tengo regalos!

Me abalanzo sobre la pila de cajas de distintas formas y tamaños, y cojo la primera. Es de Hermione, doy por sentado que será un libro. Desenvuelvo con cuidado el papel y lo doblo, dejándolo sobre mi cama, y descubro que me ha regalado una piña.

-¿Una piña?- le pregunto a Hermione.

-Es una radio con forma de piña- murmura, sin abrir los ojos.

-¡Gracias, Herms!

La abrazo suavemente para no molestarla, y dejo la radiopiña sobre mi cama.

-¿Puedo romper ese papel de regalo?- pregunta Ginny, y me fijo que sobre su cama ya hay tres tipos de papel de regalo distintos, rotos.

-¡No!- grito, y me abalanzo sobre mi papel antes de que Ginny lo toque-. Los guardo.

Sí, soy un poco bicho raro, pero es lo que hay.

Leah me ha regalado un espejo bastante chico, luego tendré que preguntarle para qué sirve; Draco me ha regalado un huevo rojo y no se lo que saldrá de él; Fred me ha dado una caja que solo se abre si la tocamos los dos a la vez (¿puede ser más bonito?); mamá me ha regalado una caja de maquillaje que parece escueta pero seguro que es mágica, y me encuentro algunos regalos que no esperaba.

Una cajita muy pequeña y con el papel negro tiene el nombre de Ron; la firma pulcra de Fleur está sobre un papel rosa; hay un bulto sedoso envuelto en papel naranja de la señora Weasley; y una rosa roja que tiene bordada una A plateada.

Sospecho de quién puede ser la rosa, pero de momento no sigo el impulso que tengo de destrozarla en pedazos.

Abro el regalo de Ron y pongo el papel sobre los otros: es una pluma de fénix. Algo tan sencillo y precioso como una pluma de fénix, creo que usaré esta a partir de ahora. Fleur me ha comprado unos zapatos con plataforma, negros y plateados. La señora Weasley me ha regalado un jersey negro con mi inicial bordada y, casualmente, tiene el corte que más me gusta: ancho, corto y con las mangas largas.

Hija De Nymphadora TonksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora