El verano no se hace esperar, y yo lo paso encerrada en mi habitación. Les digo a mis amigas, "amigas", que he encontrado un unicornio y me he fugado, pero no me creen. Ya, ¿cómo van a creerse eso? Tiene mucho más sentido que un hombre con barba salió de mi chimenea, y no era Santa Claus, para llevarme a un colegio de magia. Claaaaro. Luego les digo que es coña, que me llevarán en septiembre a un internado. Me niego rotundamente a ir a la piscina con ellas, me niego directamente a salir de mi cuarto para otra cosa que no sea comer (normalmente chocolate blanco) y sólo empleo mi tiempo en comunicarme con Jev, o haciendo filigranas con la varita, pero al poco tiempo desisto porque ningún hechizo sale de ella.
-Jev, ese es tu nombre, ¿sabes? Te lo he puesto yo, a mí me encanta, ¿a ti no? Me parece que has dicho que sí- digo un día, contemplando al ave en su jaula-. No me preguntes por qué no te dejo salir, es que a papá no le gustan los animales y no quiere tener una lechuza revoloteando por casa. Pero en Hogwarts hay una lechucería, eso me ha dicho Dumbledore, podrás hacer muchos amigos y vivir a tu antojo, más o menos lo que haré yo. También estás deseando ir a Hogwarts, ¿eh? Ya falta poco, ya mismo vamos allí. Pero recuerda tu nombre, Jev, porque quiero que vengas cuando te llame. No quiero quedarme sola, ¿sabes? Y si no hago amigos allí siempre estarás tú- hago una pausa para mirar a la lechuza, que me observa fijamente con sus ojos ámbar-. Me da la impresión de que entiendes todo lo que te digo, porque tú me entiendes, ¿a que sí? No como esa Diana y esa Hailee. ¡Dicen que estoy loca! No estoy loca, simplemente creo en cosas que los demás no considerarían reales, aunque estas cosas le pegaran una patada en las narices. Creen que no me entero, pero sí, y ahora podré demostrarles que se equivocaban, ¡ja! Oh, espera, no puedo, entonces los muggles descubrirían Hogwarts y quemarían otra vez a los magos, aunque claro, en realidad no quemaban a los magos, porque ellos tenían swag y revivían...
Éstos y otros divagues se traga Jev, dentro de su jaula. Y no rechista, ni ulula, simplemente se queda quieta entendiéndolo todo. Le amo, ¡le amo! Mi lechucita negra, mi bebé, el único que me comprende. Papá piensa que debería ingresar en un manicomio, seguro, pero no me lo dice a la cara, no como esas cabronas de Diana y Hailee; ellas lo aseguran, pero creen que estar loca es igual a ser tonta, y lo juran delante mía creyendo que no me entero. Ya, no les dan mucho uso a su única neurona, ¿cierto?
El último día de verano, mi padre me lleva a Londres. Allí nos bajamos en la estación de King's Cross, y saco el billete de tren que me dio Dumbledore.
-Adiós, papá- digo, y le beso la mejilla.
-Adiós, hija. Pórtate bien, no quiero que te castiguen. Y más imaginando que allí si te castigaran te convertirían sapo...
Río un poco y entro en la estación de tren, con Jev como única compañía, mientras que papá se queda fuera, y unos nervios tremendos se apoderan de mí, pero no puedo culpar a mi padre. A lo mejor no quiere nada que ver con el mundo de la magia, y si es así, lo comprendo. Él ya tiene su vida, ¡como para embarcarse ahora en un mundo nuevo! No me enfado con él, no sería capaz.
Leo el billete: 11:00, Andén nueve y tres cuartos. Son las 10:40, y... ¿Cómo que nueve y tres cuartos? Están el nueve y el diez, pero esto...
Ah, sí, esto es mágico, así que debe existir. Casi se me olvida.
Busco a alguien que me pueda ayudar; Dumbledore me comentó que los magos llevan baúles para llevar sus cosas, o al no saber vestirse como muggles llevan ropa estrafalaria. Eh, sí, he visto pasar a un niño pequeño vestido con falda escocesa y un poncho, pero parecía muy pequeño para saber entrar, o para ser mago.
Bueno, eso creo.
Al poco, encuentro a una chica pelirroja con baúl, y le pregunto sin rodeos.
-¿Cómo se entra en el andén nueve y tres cuartos?
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Hija De Nymphadora Tonks
FanfictionTodos los personajes, excepto Ailey y Leah, son invención de JK Rowling. Ailey Abbado, una muggle cualquiera pero loca por la magia, recibe un día la visita de un señor con barba blanca, que le habla de un colegio de magia. Hogwarts, así se llama. A...