37. Torceduras

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-Así que pasarás el primer finde de Semana Santa en casa de los Wood...

-Sí, y después me apareceré en vuestra casa con un traslador.

Leah palidece.

-¿U-un traslador? ¿No sería más sencillo usar la Red Flu?

Recuerdo lo que es la Red Flu: la primera y única vez que fui al callejón Diagon fue viajando entre mi chimenea y una que había por allí, las dos llenas de fuego verde.

-Supongo... ¿Hay algún problema con los trasladores?

-Oh, no, nada...

No termino de fiarme, pero decido no mencionarlo.

-¿Y te vuelves a hablar con Fred?

Miro a Draco a los ojos y recuerdo en un segundo todo lo que pasó. Por la cara que pone, sé que ya lo ha recibido.

-¿Tan fácil? ¿En serio?

Alzo las cejas.

-Vale, ya me callo- dice Draco, levantando las manos.

-Así me gusta- sonrío, y le rodeo los hombros con el brazo.

-¿Y habrá piscina? Eso significa ropa corta y eso significa...

Me cago en la vena shipper de Leah.

-Signfica agua, sí- completo todo lo inocente que puedo.

-¡No, claro que no! Significa movida- Leah sonríe y alza las cejas como solo ella puede hacerlo.

-¡Oh, cállate!- me río, y le tiro un cojín recién invocado.

-¡Eso en mi pueblo es pelea!- dice Draco, y para castigarlo, me pellizco el brazo-. ¡Ayyy!

-Y después de la enfermería sé muchas más formas de hacer daño...

-¡Lo pillo, lo pillo!

Le abrazo por la espalda y pongo la cabeza en su cuello.

-Hoy estoy cariñosa, aprovéchate.

-Si se te nota...- Draco rebufa y mira hacia otra parte.

-Perdiste la oportunidad- sonrío, y empiezo a hacerle cosquillas-. ¡Leah, ayúdame!

Y un instante más tarde, las dos le estamos haciendo cosquillas mientras él muere de risa.

-¡Parad... Ajsjaj... Por piedad... Ajaja!

-¿Piedad? ¿Eso qué es? ¿Se come?- digo, sin soltarlo.

Piedad es lo que tuviste al no despedazar a Fred cuando estaba lleno de granos.

¡Bum! Me sienta como un bofetón a mano abierta en la cara, así que lo suelto.

-Eso duele- me dice Draco, frotándose la mejilla con una mano.

-Ha sido cosa tuya- digo, resignada, y me cruzo de brazos.

-Pues perdona- susurra él.

-No me sirve- gimoteo como una niña pequeña, aunque él sabe más que de sobra que me sirve perfectamente-. Ahora voy a declarar tu amor eterno a Harry, ¡ea!

Eso parece despertar a Leah, que estaba en su mundo hasta el momento.

-¡Si llevan mil años casados, se tienen un amor eterno que te cagas, y lo saben!

-¡Anda, hablando del rey de Roma!

Leah y yo arrastramos a Draco hacia Harry y Ron, que están por allí.

Hija De Nymphadora TonksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora