Hija De Nymphadora Tonks

51.

No consigo dormir en toda la noche, o al menos, en lo que va de noche hasta las doce. Hermione me obliga a insonorizar las cortinas, ya que dentro estoy yo con mi inseparable radiopiña y cantando a voz en grito.

-Necesito que me avises a medianoche- le pido al aparato-. Y estoy nerviosa.

Today I feel I'm not doing anything...

Y una vez más, la radio acierta de pleno. La vocecilla de Bruno Mars consigue relajarme; la letra de la canción es tan yo que me hace sonreír y cantar más alto. Le exijo la canción una y otra vez, recordando con una sonrisa el videoclip de los monos, y estoy a punto de sacar el móvil para verlo cuando recuerdo que en Hogwarts los aparatos eléctricos no funcionan.

Vaya putada. No, no lo había necesitado antes, pero ¿y ahora, que tengo un antojo de Bruno Mars?

-Tengo un antojo de Bruno Mars.

Y la radio empieza a cantar Uptown Funk, tan alegre como siempre.

Uptown funk y The Lazy Song. Son las canciones de Mars que más me gustan, por lo que las exijo una y otra vez hasta que la radio emite un pitido uniforme.

-Vale, cállate. ¡Sordera!

La piña se apaga y me la echo al bolsillo distraídamente mientras bajo las escaleras que llevan a la sala común.

Me siento en mi puf favorito, sin mirar a nada en particular ni pensar en nada en particular, cuando aparece Fred desde las escaleras que llevan a sus habitaciones.

-Hola- saludo.

-Hola.

Y ya está, primer silencio incómodo de la noche.

-¿Qué quieres?- a pesar de que intento sonar dulce, creo que mi voz se ve crispada. Vale que volvamos a hablarnos y todo eso, pero aún no he sido capaz de tapar del todo mi vena borde.

-Juguemos a algo- propone, a lo que contesto:

-Me gustan los juegos. Explícate.

-Juguemos a ser sinceros. Sin cajones. Sin gritos.

-Como veraces- corroboro, a lo que Fred alza una ceja-. Sí, los de Verdad, los de diverg... Ah, déjalo.

Maldigo la incultura literaria de medio mundo.

-Seamos sinceros, vale- continúo, y de repente saco la piña.

-Odio ese cacharro- confiesa Fred.

-Así que esto de decir la verdad va a huevo- sonrío, burlesca.

-Pues sí, osea, ¿cuándo te he mentido?

-Nunca- respondo con claridad, a sabiendas de que es cierto-. Pero ahora escucha. El verdadero motivo por el que estoy aquí. Ya.

-Quería hablar contigo y decir la verdad sin usar Veritaserum- dice, y se queda tan pancho.

-Pues habla.

Oops, sueno hostil.

-Te echo de menos.

-Imposible. Estás hablando conmigo.

-Sabes que no me refiero a eso- dice, sentándose en un puf rosa a mi izquierda.

-Te sienta bien el rosa del puf.

-Desvarías.

-¿Tú, sin querer hacer una broma?- le provoco, arrancándole una sonrisa.

-Ahora no. Mañana, mañana si quieres, hacemos toooooodas las bromas que quieras. Pero hoy no.