Capítulo IV
Los malos recuerdos no cicatrizan
- Me he lucido ¿verdad? - me sorprende una voz a mis espaldas.
Symmus está de pie a mis espaldas y cuando le miro no puede evitar enrojecer. Se nota que ha estado llorando: Cuando llora, sus ojos rasgados pierden el blanco orbital y sus párpados se hinchan.
Me levanto y camino hacia él.
- No quiero perderte... - susurra entre sollozos.
Recuerdo a mi madre, echa un ovillo en un rincón del comedor. Le dijo lo mismo a mi padre antes de que él se fuese.
¿Cómo estarán ella y Södapop? Ahora no puedo evitar preocuparme por ellos aunque me esfuerzo en pensar que están a salvo en Vëersoyahr. O más bien en Veevarest.
- No me perderás - le prometo - Pero deja ya la bebida y quizás algún día te perdone por esto.
- Tu padre se ha encargado de mí...
Me atraganto con mi propia saliva y toso repetidas veces.
- ¿Qué te ha preguntado? - respondo algo preocupada cuando me recupero.
- Sorprendentemente me ha dicho que todo... Todo lo que yo he dicho antes él ya lo sabía. Uriah y él estuvieron hablando antes de llegar a la fiesta. Me ha preguntado si Lilly seguía en Vëersoyahr y le he dicho, por supuesto, que no. Nada más.
Me quedo callada pensando cómo habrá sido para Uriah contárselo todo a mi padre.
- Deia, tengo que contarte una cosa.
Me siento y hago que se siente a mi lado. Le rozo un poco con el brazo y él se estremece pero no me importa.
- Tú apenas tenías catorce años. Yo, a punto de cumplir diecisiete, tenía una... amiga. Sus padres no me dejaban estar con ella así que decidimos fugarnos.
Abro mucho los ojos. No recuerdo que me haya explicado nada de ninguna chica. Y mucho menos recuerdo haber echado en falta a Sym mucho más de un día.
-Yo no estaba muy convencido, pero acabé de estarlo cuando ella me besó. Mi primer beso... - sonríe pensativo y con la mirada perdida.
Asiento y él continúa.
- Nos acogió una tribu de Salvajes con la que nos topamos por el camino aunque por supuesto no sabíamos con quién estabamos tratando. Ella se enamoró de uno de ellos. Yo lo acepté...
Sym alza la vista y me mira directamente a los ojos. Su semblante cambia de añoranza a ira.
- ... Pero la engañaron. La raptaron y la violaron mientras el Jefe hablaba tranquilamente conmigo, supongo que para entretenerme. La mataron. Un Salvaje trajo su cabeza empalada en una lanza.
Symmus hace una pausa y me mira con los ojos pegados a las cejas.
- La mataron por haberse enamorado de un Salvaje sin pertenecer a la tribu. Yo conseguí huir, pero jamás olvidé lo sucedido.
Sé que Sym está a punto de llorar otra vez así que hago el ademán de abrazarle pero me detengo.
- ¿Por qué no me lo contaste?
- No era una historia que quisiera repetir... ¿Te das cuenta? Los Salvajes que mataron a Nel parecían muy amistosos al principio.
- ¡¿Nel?! – pregunto atónita - ¡¿Nuestra Nel?! Pensé que se había marchado a otra ciudad...
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Igneous
MaceraEn los cuatro reinos se avecina una guerra. Y Deianira, una joven alocada que vive sin preocupaciones en un pequeño pueblo a las afueras de una gran ciudad, no sabe que será la detonante de esa guerra. Sus decisiones la llevarán a dejar todo lo que...