Capítulo XIV
Llama fatua
El silencio penetra en mis oidos, cargado de tensión. Espero firme la entrada de la bala en mi cráneo y después una bonita luz al final de un túnel. Solo tengo oidos para papá, que no para de gritar que le suelten a un grupo de terrarios. Si supiera lo que yo he llorado por él...
Y esos terrarios le retienen por una razón: mi padre es un punto clave en las batallas y sin él no tendrían a un líder que seguir. Y además, antes de que mi padre lograra tocarme con la punta de los dedos de sus manos, la hydra ya habría disparado. Esto es sencillamente mi fin.
Me mantengo serena y con los ojos fijos en los suyos aunque me tiemblan las manos. Contemplo por el rabillo del ojo a mi padre, resistiéndose y sollozando.
Oigo un nuevo pestillo aunque no aparto la vista. Ella tampoco lo hace aunque me mira sorprendida.
- Tú tampoco vas a solucionar nada muriendo, Deia.
La hydra vacila durante unos instantes y me mira con una rabia iracunda y colérica que no va dirigida hacia mí. Uriah se encuentra justo detrás y apunta una pistola sobre su nuca. Ya es la segunda vez que aparece justo a tiempo y la segunda vez que me alegro tanto de verle. Solo se me ocurre una forma de ayudarle y es no mostrando a la hydra mi alivio.
- Y tú, veo que no te das por aludida - continúa Uriah con una serenidad casi enfermiza - Baja el arma o te vuelo los sesos.
- Adelante, dispara. Yo moriré pero me llevaré a tu chica conmigo. Morir por Sjraevha ha sido mi deber desde que tengo uso de razón - dice la hydra con la voz temblorosa aunque igual de mezquina y siseante mientras su dedo aprieta levemente el gatillo.
- ¿Tan rápido? Es una lástima. Esta pelea empezaba a interesarme hasta que apareció el trabuco...
El rostro de la hydra pasa de cólera a desconcierto.
- Eso ha sido culpa de tu chica, no mía.
- En cualquier caso, sería mucho más interesante ver cómo termina esto sin esa mierda de pistola.
- ¿Estás sugiriendo que me enfrente a la chica cuerpo a cuerpo?
- Estoy sugiriendo que te mate ella, no yo.
Miro a Uriah con la misma perplejidad. Le observo fíjamente preguntándome por qué nunca deja de sorprenderme. ¿En serio está intentando negociar con la hydra? Ella morirá igualmente y todavía tiene la oportunidad de matarme a mí.
- Sin intervenciones.
- Sin intervenciones - repite Uriah.
¡Ha aceptado! O sufre de demencia o tiene algo entre manos. Atisbo un destello astuto en los ojos de la hydra. Enfunda la pistola y se vuelve hacia Uriah, dedicándole una afilada sonrisa.
Uriah se encoje de hombros, aprieta los labios y se retira paso tras paso sin dejar de mirar a la hydra a los ojos. Es increíble. No conozco del todo a las hydras pero esta parece incluso que esté coqueteando con Uriah.
De pronto lo veo todo claro: Uriah no me está dando únicamente una oportunidad para defenderme; me está ofreciendo la oportunidad de mostrar de lo que soy capaz. Sabe que, después de esto, mi padre no nos dejará ir a Sjraevha pero, si logro matarla por mi propia mano podré demostrarle que sería capaz de defenderme en territorio hostil. Una pelea cuerpo a cuerpo es todo lo que necesito, la prueba definitiva; quizás no sea más fuerte que ella pero en cualquier caso, Uriah siempre puede ultimar con un disparo.
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Igneous
AdventureEn los cuatro reinos se avecina una guerra. Y Deianira, una joven alocada que vive sin preocupaciones en un pequeño pueblo a las afueras de una gran ciudad, no sabe que será la detonante de esa guerra. Sus decisiones la llevarán a dejar todo lo que...