Parte 3: Capítulo 18

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Capítulo XVIII

Adiós, Lilly

Las risas se apagan de pronto cuando, después de unas horas de reunión, aparece Rose. Esta me hace un gesto discreto para hablar en privado, pero todos los presentes se percatan de su presencia y la seriedad y el temor vuelven de nuevo como una enfermedad contagiosa a la vez que los mutantes ya curados se transforman de nuevo para estar preparados, desnudándose antes para no menospreciar el regalo que el mercader les ha hecho.

- Deia - me llama Rose acariciándome el pelo. Lo que va a decir a continuación no me va a gustar. Lo noto en su tono de voz, en su dulzura.

- Ve directa al grano, Landrose.

Rose se aclara la garganta y suspira mientras aparta su mano de mi cabello.

- Han condenado a tu madre a una pena de muerte. La colgarán públicamente en unos días.

Evito mostrar mi desagrado ante Rose... Es demasiado cruel... Es mi madre, la que me ha criado desde que nací. Ella merece morir pero ojalá su muerte fuera más rápida e indolora.

- ¿Y papá...?

- Él no está del todo bien... Es normal... Y te necesita.

Miro al suelo evadiendo su mirada y finalmente decido afrontarla.

- Qué más.

- ¡Hermanita!

Söda aparece de la nada y me abraza por la espalda. Zayra aparece con la respiración acelerada tras él. Al parecer ha estado persiguiéndole sin éxito. La escena resulta casi cómica pero las palabras de Rose todavía martillean mi cabeza.

- Perdón por molestar - se disculpa Zayra masajeándose la espalda.

- Zayra, no molestáis en absoluto pero ahora mismo Rose y yo hablábamos de asuntos importantes... ¿Nos disculpáis un segundo? - pregunto dirigiéndome más a Söda que a Zayra.

Söda me da un último abrazo y yo le beso su sonrojada frente, sudurosa por haber corrido.

- Söda espera - le digo cogiéndole la mano y miro a Rose - ¿Podríamos hablar un poco más tarde?

Rose me lanza una mirada de reproche. Sé lo que está pensando: "¿Cómo puede decirme eso en una situación así?". Pero si ella leyera el mío, sería algo así: "Estoy harta de situaciones".

- No entiendes que esto es muy importante... - responde dándome a entender que ella no es tan buena como yo leyendo pensamientos.

- Quiero estar con mi hermano - la interrumpo.

Rose mira de reojo a Söda y seguidamente me mira a mí, con total seriedad.

- Es muy urgente, Deia. Te has de reunir conmigo dentro de unas horas. De ti depende la vida de...

- Allí estaré - la interrumpo, harta de que todo haya de depender de mí, saturada de sangre y muerte.

- ¿A qué jugamos Deia?

- ...

- ¿Deia?

Mi mente queda absorta en un plan. Es una locura pero mi corazón late con fuerza y grita que lo haga. Y mi corazón grita más que mi cerebro.

- Söda, ven, te presentaré a mis amigos.

Cojo de la mano a Söda y me dirijo hacia Escila y Caribdis. Ellos, junto con Cadmi y Tulio, parecen haber estado esperando y hacen el ademán de preguntarme sobre lo que han hablado en la reunión, pero los interrumpo.

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