Capítulo XVII
Ígnea
La pequeña mira a Yeray con los ojos muy abiertos y Yeray se pone de rodillas y extiende sus brazos en señal de acogida pero Sina queda completamente paralizada.
- Imposible...
Me quedo boquiabierta. La niña que se convirtió en una sirena y mató a su hermano, la primera víctima de las hydras, la niña que fue asesinada por mi padre, se encuentra echa un hobillo en el suelo.
Mattson se adelanta hacia ella con el hacha en alto. Quiero protegerla pero la niña se adelanta y se esconde entre mis piernas.
- ¡Matadla!
- Matt, no es una sirena. Creo... Que ya no - respondo con amabilidad y serenidad para inspirar confianza hacia Matt.
Y parece que funciona. Matt baja el arma y Yeray en seguida busca una manta de entre sus cosas y se la ofrece a Sina. La niña se envuelve con ella sin dejar de aferrarse a mis piernas como si eso la mantuviera a salvo.
- Sina, no tengas miedo - le pide Yeray con amabilidad.
Coloco mi mano en la cabeza de la pequeña, que me llega justo por la cintura.
- ¿Te acuerdas de mí? - le pregunta Yeray.
Sina asiente.
- ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Por qué sigues viva? - le pregunto con el poco tacto que la conmoción me permite - Te transformaste en sirena y mi... Un hombre no tuvo otro remedio que matarte.
La niña me mira con los ojos muy abiertos pero no contesta. Parece agotada y no tiene fuerzas ni siquiera para formular palabra.
- Chicos, dejadme a solas con ella, voy a vestirla y a curarle las heridas.
Ellos obedecen aunque continuan mirando curiosos a la pequeña. Miro a Uriah y él asiente y marcha con los demás. La niña mira desconfiada hacia los chicos, que se han ido más allá de los arbustos en los que nos encontramos. Los busca entre la maleza aunque sé que en el fondo teme solamente a una sola persona: Mattson.
- Ya no nos ve nadie - la animo - Veamos qué tengo para ti...
De la mochila saco ropa interior, unos pantalones y una camisa de repuesto. La visto y cuando acabo me doy cuenta de que todas las prendas le van demasiado grandes. Cojo uno de mis cuchillos.
- No te muevas - le pido.
Con sumo cuidado de no dañarla, le corto los bajos de los pantalones y con una cuerda le improviso un cinturón. A continuación, le doblo las mangas de la camisa y dejo que los bajos le cubran hasta las rodillas para protegerla del frío.
- Esto te dolerá un poco... - le digo examinando la herida de su nuca.
Le aparto el pelo y concentro todo el agua limpia que puedo en la palma de mi mano. Entonces la dirijo hacia su nuca. Solamente es un pellisco pero le dolerá todavía más si se le infecta. Ella suelta un quejido minúsculo justo cuando cae la primera gota y después de todo pido a los demás que se acerquen y hagan un fuego para ella.
En cuanto Mattson se acerca, Sina se esconde detrás de mí y asoma la nariz asustada. Le hago un gesto para que se siente y lo hace.
Mattson, en el intento de hacerse el gracioso, asusta a la pequeña haciéndole gestos como pasarse el dedo índice arrán del cuello. Sina aprieta mi brazo con fuerza y yo miro a Matt con el ceño fruncido.
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Igneous
AdventureEn los cuatro reinos se avecina una guerra. Y Deianira, una joven alocada que vive sin preocupaciones en un pequeño pueblo a las afueras de una gran ciudad, no sabe que será la detonante de esa guerra. Sus decisiones la llevarán a dejar todo lo que...