Capítulo III
Corazón de acero
Me levanto sudorosa y como una exhalación, tratando de regular mi respiración. Mis ojos buscan sistemáticamente a Uriah, quién se encuentra dormido a mi lado, a salvo. Suspiro de alivio. La gente que no suele tener pesadillas no entendería esta situación: cuando despiertas de la pesadilla que has tenido con alguien, lo primero que quieres es abrazar a ese alguien o por lo menos comprobar que está bien.
Ya es de día, aunque el sol apenas es una raya de un naranja encendido que fulmina el llano horizonte. Entre la maleza percibo olores que me resultan tan familiares como ajenos y decido ignorarlos por miedo a volverme una paranoica. Me froto los ojos y miro a mi alrededor. Yeray se encuentra sentado arreglando su chisme volador.
- Yeray - le llamo para hacerle saber que estoy despierta.
Él se gira por un instante y devuelve su atención al aparatejo.
- ¿Le ocurre algo a tu ala delta?
- No. Solo se ha desgarrado un ala.
Contemplo la gruesa y transparente tela con forma de triángulo. Parece como si alguien la hubiera destripado.
- ¿Cómo ha ocurrido?
Yeray me mira de soslayo.
- Fueron los mutantes. Uno de ellos intentó atacarme cuando aterricé y mi reacción fue protegerme con esto - explica señalando con la cabeza el ala.
- Es... - digo negando con la cabeza - Los mutantes parecen cada vez más fuertes y cuanto más fuertes...
- Deia, todo saldrá bien.
De algún modo, su voz me tranquiliza, aunque me preocupa que todos piensen que me estoy volviendo loca.
- ¿Has descansado bien? - me pregunta - Lleváis durmiendo desde ayer al mediodía.
- Yeray... Symmus y Alanis... - le pregunto.
- Están en casa, a la espera de ser enterrados. Tu padre se presentó voluntario para acercarlos a Veevarest.
Me imagino los rostros de los padres de Symmus al recibir la noticia. Y Alanis... Ella no tenía familia...
Las lágrimas surgen en mis ojos con una naturalidad sorprendente, ya acostumbradas al dolor, y la sangre arde bajo mis mejillas.
- Los padres de Symmus aceptaron que Alanis fuera enterrada junto a Symmus.
Bajo la vista.
- Cuando recibieron la noticia no estaban en Veevarest. Su madre es anciana pero partió en su busca, cosa que no logro entender.
- Cuando escapé de casa lo hice sola. Él se enteró al día siguiente y partió en mi busca y... Cuando ellos - señalo con la cabeza al grupo de Lauren - me arrojaron por aquel precipicio, él me salvó. Fue entonces cuando nos encontramos y se unió al grupo.
Yeray me mira con consternación y al cabo de un instante me parece adivinar por qué y decido decirlo yo misma en voz alta.
- Jamás cesó de intentar convencerme de volver a casa... Y yo en ningún momento le presté atención... "Cállate, Sym". Esa era la única respuesta que recibía de mí - explico mientras mi voz se vuelve temblorosa palabra tras palabra - ¿Por qué no te hice caso...?
Yeray se aproxima a mí y me abraza y yo me dejo abrazar como una muñeca de trapo, sin alma, sin vida. La tristeza me invade como una niebla espesa y me siento debilitada. Yeray se aparta de mí y sé por su gesto que va a cambiar de tema.

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Igneous
AventuraEn los cuatro reinos se avecina una guerra. Y Deianira, una joven alocada que vive sin preocupaciones en un pequeño pueblo a las afueras de una gran ciudad, no sabe que será la detonante de esa guerra. Sus decisiones la llevarán a dejar todo lo que...