Capítulo XII
Las ambiciones de un único loco
- Papá... - un sonido gutural emerge de mi garganta.
Él me mira aterrorizado. No me reconoce. Mira en todas direcciones, seguramente buscando algo con lo que golpearme o dispararme.
Me acerco lentamente sin importarme las consecuencias y observo sus rasguños. Parece herido pero no grave.
- Papá - repito.
Está vez parece entenderme.
- ¿Deia?
Entonces comprendo que me he convertido sin darme cuenta. En seguida me encojo y me cubro con los brazos. Quedo perpleja unos instantes. La realidad es demasiado abrumadora para mí.
- ¡Estás viva! - grita abalanzándose sobre mí y cubriendome con su chaqueta echa trizas.
¿Y es él el que se sorprende de que esté viva, después de haber estado luchando todo este tiempo?
- Papá...- digo entrecortadamente. No me puedo creer que lo esté viendo de nuevo. Cuando entré el primer día en el fuerte lo dudaba, pero cuando me insertaron el microchip y después la inyección ya daba por hecho que no lo volvería a ver.
- Tranquila cariño, estoy aquí.
Uriah camina hacia nosotros, dudoso de qué hacer.
- ¡Aléjate de ella! - grita mi padre a Uriah, que aún continúa con su forma lobuna.
- Papá, él es Uriah...
- ¿Uriah?
Asiento.
- Cariño, explícame de qué va todo esto - me pide al borde del histerismo - ¡Te hemos estado buscando! ¿Dónde estábais todos? ¿Qué os ha pasado? ¿Por qué sóis... lobos o lo que quiera que seáis?
- Papá, escúchame con atención, no tenemos tiempo - le advierto.
Él asiente e intenta calmarse sin demasiado éxito. No consigue reprimir unas lágrimas de alivio que pronto me contagian y me dan calidez, una calidez que hace demasiado que no siento. Una calidez que incrementa cuando me abraza, aunque me veo obligada a apartarme de inmediato. Hay cosas que me urge decirle antes de separarnos de nuevo.
- Informa a todos de lo siguiente que te voy a decir. Has de confiar en lo que te digo ¿entiendes?
Él asiente de nuevo, conmocionado, aunque parece listo para escuchar cualquier barbaridad. Más le vale que lo esté.
- No matéis a más contagiados. Si lo hacéis, sus cuerpos vuelven al fuerte y se transforman en mutantes como nosotros - le explico remarcando cada una de mis palabras, vocalizando para grabarlas en su memoria.
- Ya nos lo explicó Yeray la última vez que lo vi.
Una punzada de dolor recorre todo mi cuerpo aunque no puedo permitirme el lujo de hacer una pausa para digerirlo.
- Es algo complicado de explicar pero hay dos cosas que debéis tener en cuenta: matar a un contagiado significa un mutante más. Matar a un mutante significa matar a uno de los nuestros. Lo más importante es que no matéis a más contagiados ni mutantes.
- Como vosotros.
- Sí... Bueno no. No exactamente como nosotros papá. Nosotros nos convertimos directamente en... esto. Pero como puedes ver, Uriah y yo podemos controlarlo, pero el resto no. Tenemos planeado pues, hacer entrar en razón a los mutantes y cuando lo hagamos... Papá, cuando lo hagamos todo esto habrá terminado.
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Igneous
AventureEn los cuatro reinos se avecina una guerra. Y Deianira, una joven alocada que vive sin preocupaciones en un pequeño pueblo a las afueras de una gran ciudad, no sabe que será la detonante de esa guerra. Sus decisiones la llevarán a dejar todo lo que...