Cambridge

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Salimos muy temprano para la ciudad universitaria por excelencia junto a Oxford.

A la excursión se apuntaron Pilar, Elena y Pedro. Estos últimos eran amigos de la escuela de idiomas a la que iban Alba y Pilar, unos valencianos muy simpáticos.

Pasamos el día para acá y para allá, recorriendo las calles de una ciudad en la que los coches dejaban paso a las bicicletas. Había un ambiente buenísimo, era fin de curso y se notaba que los chicos y chicas tenían ganas de fiesta y diversión.

Disfrutamos muchísimo y nos emborrachamos un poco en uno de los bares de la cadena que tanto nos gustaba: Wetherspoon. Ese era, sin duda, el más grande en el que habíamos estado y la calidad de la comida era espectacular. Los grupos que teníamos alrededor contribuyeron a que el ambiente fuera increíble.

Estuvimos algunas horas más dando vueltas y tomando café hasta que decidimos volver a casa, al día siguiente era lunes y Jacob se marchaba de campamento.

Alba nos contó la hazaña de su host-dad. Había alquilado un helicóptero para poder desplazarse entre las graduaciones de sus dos hijos, que asistían a dos colegios muy separados y segregados en chicos y chicas.

Flipamos un poco con las excéntricas decisiones que tomaban los ricos pero, ¿quienes éramos nosotros para decidir nada?

Esa misma semana, fuimos un el jueves al Buffet libre de Pizza Hut. Para celebrar la despedida de Alba por todo lo alto. No pude evitar derramar unas lagrimillas sabiendo que mi compitrueno se iba y me dejaba solita y desamparada.

Lo último que me dijo antes de llevarme en coche a mi casa fue:

- No vas a encontrar a otro como el Rusi. Piénsate muy bien lo que vas a hacer.

¡Que vivan las amigas!

Diario desastroso de una Au Pair EspañolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora