La peru

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Ir al pueblo de al lado... a casa de esta chica... fue LA CAÑA.

La familia de esta (Laura) al ser española (por si os perdisteis el capítulo anterior), tenía de TODO en la casa... alucinante...

Nada más llegar, Laura nos contó que la familia estaba de excursión en Londres y que la casa estaba a nuestra súper completa disposición. Alba y yo casi lloramos cuando vimos la pata de jamón. 

Nos puso un picoteo de varios manjares tales como chorizo, espetec (de Casa Tarradellas, obvio) salchichón, jamón recién cortado... Se nos caía la baba. Y el pan... no hablemos. 

Nos contó que vernos allí había supuesto para ella un rayito de esperanza porque estaba empezando a pensar que no iba a encontrar amigas nunca... qué pena. La pusimos al día sobre nuestras experiencias au pairs y ella nos contó que que la niña más pequeña era algo así como el resultado del apareamiento del demonio de Tasmania y la niña del exorcista. Todo lo contrario a la mayor, quien parecía un angelito caído del cielo. 

La familia, a pesar de parecer el cielo en Inglaterra, era un tanto excéntrica. ya que planeaban al dedillo cómo y cuando gastarían el tiempo y el dinero. 

Amazing...

Nos enseñó un calendario con los planes para todos los meses, todos los días hasta finales de julio.

Eran el colmo de la apretadera. 

En fin. 

Por aquel entonces yo pasaba de la vida, de Diego, de Tati y de mis padres y sus movidas que, para mi sorpresa y la de mi hermano Nacho, había pasado de a ser del inicio del divorcio a volver a vivir su amor adolescente. 

Quien los entiende. 

Teniendo unos padres así, no esperéis que yo esté muy cuerda.

Aviso...

Lo que sí me dejó K.O. aquel día fue que, cuando me bajé del coche de Alba después de desgañitarnos vivas cantando Love me like you do por la carretera, me encontré con el Rusi. 

Sí.

Desaparecido que estaba el joputa.

Al verlo, Alba murió del impacto. 

Cuando llegó a su house, yo seguía hablando con él sobre fútbol y esas cosas de la vida que me desquician, mientras pensaba en el roast chicken que se me estaba quedando frío. Ella me bombardeó a Whatsapps diciéndome lo zorra que soy y que debería beneficiármelo como tributo al género femenino.

Y pensé... féminas del mundo... ¡Allá voy! 

o no...  

Diario desastroso de una Au Pair EspañolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora